La FP gana terreno en la concertada

El alumnado que estudia ciclos ordinarios en centros privados que están sostenidos con fondos autonómicos creció unmás de un sesnta por ciento en doce años, el triple que el que está matriculado en la enseñanza pública

C. Villar

Uno de cada cuatro gallegos cuenta con estudios de Formación Profesional, según el Observatorio de FP de Caixabank Dualiza. Es una cifra destinada a engordar en la medida en que cada año esta alternativa educativa suma más adeptos, animados, entienden los docentes que imparten este tipo de enseñanzas, por la combinación de teoría y práctica que las caracteriza y por su empleabilidad. En particular, durante este curso los matriculados en algún ciclo, con datos de la Xunta, rondan los 64.500, lo que supone situarse en cifras históricas. Ese número incluye en su interior otras dos cifras de récord: la de inscritos en centros privados y la de quienes cursan un ciclo en la concertada.

El tirón de estas enseñanzas en los últimos años, convertidas para la Xunta en una apuesta prioritaria dentro de su política educativa, con un plan de impulso específico, y revitalizadas también desde la Administración central a través de una nueva legislación, atrae cada vez a más jóvenes, superada ya su concepción de plan B, e incluso a titulados universitarios que quieren reorientar o afinar su perfil con vistas al mercado, y ese entusiasmo se ha contagiado a la iniciativa privada.

Parte de ese éxito de convocatoria entre el alumnado se explicaría, como señalan algunos docentes, por la inserción. Hace solo unos días se conocía el dato relativo a la promoción que finalizó estudios en el año 2020, el de la irrupción de la pandemia,. Las encuestas, realizadas el año pasado, muestran cómo los ciclos ordinarios alcanzan un 85,4 por ciento de inserción y esta llega al 97 por ciento en el caso de la dual.

De hecho, según las estimaciones publicadas por la Consellería de Educación relativas a los matriculados este curso en ciclos formativos ordinarios, como se denomina la inscripción tradicional a un curso completo y asumiendo una distribución de módulos ya establecida en la normativa, los estudiantes anotados en un centro privado no concertado llegarían a los 2.842 en Galicia, la cifra más alta en trece ejercicios y un 15,5 por ciento más que en 2011/12.

En el caso de quienes optan por formarse en centros formativos privados, pero concertados por la Administración gallega, también se alcanzaría, de acuerdo a los datos provisionales de Educación, un máximo, con un total de 6.683 inscritos en ciclos ordinarios, lo que representa un 62 por ciento más que en 2011. En la actualidad, el alumnado matriculado en aulas concertadas supone uno de cada seis inscritos totales en ciclos ordinarios. Además, su incremento triplica al que se produjo en los centros públicos en el mismo período, que ronda el 20 por ciento.

Más alumnado estudia en centros privados concertados y lo hace con una oferta más diversificada, porque las aulas financiadas con fondos públicos también han ido a más. Si se analiza la evolución del número de unidades concertadas en FP de grado medio y en el de grado superior, de acuerdo con las estadísticas de la Xunta, en el curso actual ascienden a un total de 227, un 53 por ciento más que en una década atrás.

En el caso de la FP Básica, una alternativa promovida por las autoridades educativas para retener a alumnado en el sistema y prevenir el abandono educativo temprano, ese incremento es incluso mayor: durante este curso, Educación cifra en 68 las unidades de centros privados financiadas con fondos públicos, mientras que diez años antes no llegaban a la veintena.

Sindicatos como la CIG denunciaron el pasado mes de junio la “creciente privatización de estas enseñanzas, tanto a través del fomento de la FP dual como del incremento de la oferta en los centros privados y concertados”.