Investigadores de A Coruña coordinan el primer “mapa” de ‘superbacterias’ de España

Científicos del Inibic coruñés y del Centro Nacional de Análisis Genómico crean una base de datos digital con ADN de casi medio millar de cepas bacterianas resistentes a antibióticos

De izqda. a dcha., Michelle Outeda, Juan Carlos Vázquez, Jorge Arca,⁠Isaac Alonso,⁠Germán Bou, Paula Guijarro, Cristina Lasarte y Lucía Gonzalez, investigadores del Grupo de Microbiología del Inibic-Chuac.

De izqda. a dcha., Michelle Outeda, Juan Carlos Vázquez, Jorge Arca,⁠Isaac Alonso,⁠Germán Bou, Paula Guijarro, Cristina Lasarte y Lucía Gonzalez, investigadores del Grupo de Microbiología del Inibic-Chuac. / María de la Huerta

“Aportar conocimiento” sobre “dónde están las bacterias resistentes” a antibióticos, “cómo son y cómo se han diseminado” y, por tanto, sobre “cómo pueden ser tratadas”, es el objetivo de un “estudio colaborativo” de “aplicación traslacional”, coordinado por el Grupo de Investigación de Microbiología del Instituto de Investigación Biomédica (Inibic)-Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) y el Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG), y financiado por Roche Diagnostics, que ha dado lugar al primer “mapa” de superbacterias en España. Una base de datos digital con ADN de casi medio millar de cepas bacterianas resistentes a antibióticos, recogidas de 41 hospitales de trece comunidades autónomas, que “complementa” el perfil genómico de esos patógenos “con datos clínicos, geográficos y microbiológicos”, y con otros estudios online relacionados con la resistencia antimicrobiana. Una amenaza para la salud pública global, sobre la que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) llevan tiempo aconsejando “estrechar la vigilancia”.

“Una de las estrategias que proponen los CDC estadounidenses para el control de la resistencia antimicrobiana es la vigilancia y monitoreo de patógenos resistentes o multirresistentes. La base de datos que hemos creado permite, precisamente, la identificación, localización y seguimiento de bacterias gramnegativas que portan uno de los mecanismos de resistencia a antibióticos más peligrosos, las enzimas llamadas carbapenemasas”, explica el doctor Germán Bou, responsable del Grupo de Investigación de Microbiología del Inibic y jefe del Servicio de Microbiología del Chuac, quien avanza que el trabajo llevado a cabo con el CNAG y Roche Diagnostics, publicado recientemente en la revista científica Microbial Genetics, puede servir para “futuros estudios con un mayor número de casos aislados o cepas que incluyan una mayor diversidad de patógenos resistentes”.

Nuestra idea, cuando iniciamos este proyecto era, por supuesto, estudiar las enterobacterias resistentes a carbapenémicos (antibióticos de última generación muy importantes para el tratamiento de infecciones), pero que esto fuese extrapolable, o ampliable, a otras bacterias resistentes. Esto se puede hacer actualizando la base de datos con nuevos genomas de este tipo de mecanismo de resistencia, o de otras superbacterias, que ahora no hemos abordado por una cuestión de tiempo o recursos, no obstante, es un proyecto abierto a nuevos desarrollos”, resalta el doctor Bou, antes de reivindicar la “importancia” de que “A Coruña, el Inibic y el Chuac”, hayan “coordinado” esta investigación. “Nos sitúa como un centro de referencia en esta materia a nivel estatal”, subraya el responsable del Grupo de Investigación de Microbiología del Inibic y jefe del Servicio de Microbiología del Chuac, antes de avanzar que, en septiembre, organizarán “un curso de resistencia a antibióticos” que reunirá a “destacados expertos nacionales”.

La primera base de datos digital de España con ADN de casi medio millar de cepas de bacterias resistentes a antibióticos ha sido posible gracias a una nueva metodología de secuenciación, que permite obtener genomas bacterianos completos de manera mucho más rápida y a gran escala, posibilitando realizar un seguimiento rutinario de los patrones de transmisión de esa resistencia.

El análisis genómico fue lo que nosotros llamamos un ‘híbrido’ entre secuencias de lecturas largas y cortas, lo cual permite no solo leer o entender los cromosomas bacterianos, sino también los plásmidos [moléculas de ADN extracromosómicas], muy difíciles de caracterizar sin utilizar esta estrategia”, explica el doctor Bou, quien detalla que “los plásmidos portan, muchas veces, genes de resistencia”.Este abordaje tecnológico novedoso en secuenciación nos permitió estudiar, con mucho detalle, todo el genoma bacteriano, el cromosoma y el plásmido. Y esto, unido con toda la información microbiológica y clínica, da una visión muy potente y exacta sobre lo que está pasando en nuestro país”, reitera.

Medidas para combatir una “amenaza global”

La resistencia a los antimicrobianos siempre exige medidas muy holísticas y globales”, considera el responsable del Grupo de Investigación de Microbiología del Inibic y jefe de Microbiología del Chuac. “Conocemos bien que hay que usar los antibióticos adecuadamente y, por supuesto, no abusar de ellos, y también sabemos que en los hospitales hay que adoptar medidas de control apropiadas para evitar la diseminación. Son muy importantes los equipos de asesoramiento a la hora de tratar las infecciones y, por supuesto, el diagnóstico temprano. Cuando uno detecta una infección, cuanto antes mejor, porque si sabes que estás ante una bacteria resistente, entonces puedes darle el tratamiento adecuado”, destaca el doctor Bou, antes de hacer hincapié en que “otra de las medidas fundamentales” para luchar contra esa amenaza para la salud pública global es “la vigilancia y trazabilidad de las cepas resistentes”.

“Tienes que ver en tu hospital, por supuesto, pero también a nivel de los distintos centros de una comunidad, de las diferentes autonomías del país y de los distintos estados dentro de un mismo continente, cómo se están moviendo las bacterias; en qué zonas hay bacterias resistentes y en cuáles no; y cuál es mecanismo de resistencia y, por tanto, qué antibióticos no se pueden dar. Este trabajo colaborativo con el CNAG y Roche Diagnostics aporta conocimiento en esta materia, al generar una aplicación traslacional básica, no en el sentido de descubrir nuevos antibióticos, sino de conocer qué es lo que hay en cada sitio, cómo llega hasta ahí y cómo se diseminan las bacterias resistentes entre los distintos territorios”, incide.