Sanidade urge al Gobierno soluciones al retraso en el fin de la formación de 300 médicos

Los facultativos concluyen el MIR en septiembre por el COVID y no estarán disponibles para ser contratados antes del pico estival

Un médico y varios pacientes, en un centro de salud de Santiago.

Un médico y varios pacientes, en un centro de salud de Santiago. / Xoán Álvarez

DAniel Domínguez

La sanidad constituye uno de los principales motivos de desgaste de los gobiernos y el segundo asunto que más preocupa a la sociedad gallega, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas. La multitudinaria manifestación del pasado domingo ilustra la importancia de un asunto que este verano se enfrentará a otro problema que tensionará la calidad asistencial: el retraso en la incorporación de más de 300 médicos que están ultimando su formación al sistema sanitario, una aportación clave para paliar las bajas vacacionales y el pico de demanda estival.

La Consellería de Sanidade urge al Ministerio de Sanidad una solución para una situación que “amenaza con restringir la capacidad de contratación de nuevos especialistas en verano”. El origen de este problema radica en la pandemia de COVID-19, que retrasó cuatro meses la finalización del proceso de formación de los MIR, que en lugar de concluir su residencia en mayo lo harán en septiembre, alterando los planes habituales de la Xunta, como reveló LA OPINIÓN el 26 de enero.

Cada mes de mayo, una nueva promoción de médicos finaliza su residencia en centros de salud y hospitales (etapa MIR) y se convierten en facultativos disponibles para el Sergas justo antes de que llegue el mes de junio y se inicie, por un lado, el período vacacional para la plantilla médica y, por otro, los picos de demanda en las zonas turísticas. Es momento de contrataciones.

Eso no sucederá este año debido al COVID, que irrumpió a comienzos de 2020, obligando a imponer un confinamiento de tres meses en marzo de ese ejercicio. Entonces, el período de formación MIR —que oscila entre los cuatro y los cinco años— arrancó con cuatro meses de retraso, por lo que más de 300 licenciados no se convertirán en médicos disponibles para su contratación hasta septiembre, justo después del momento en que más incorporaciones temporales necesita el sistema asistencial de la comunidad. Los afectados son más de 300, según las cifras anuales de quienes finalizan el MIR.

El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, remitió el pasado viernes una carta a la ministra de Sanidad, Mónica García, aprovechando la convocatoria del pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, “centrado en la situación de la Atención Primaria”.

El dirigente gallego urge a García a incorporar varios asuntos al encuentro, entre ellos, una propuesta ministerial “para abordar los efectos en la gestión de profesionales” de la promoción MIR 2019-2020, derivada “de la crisis provocada por la pandemia de COVID” y la consiguiente “alteración del calendario del proceso de adjudicación de plazas y de inicio del proceso formativo”. Considera de “máxima relevancia” elevar una propuesta para afrontar esta cuestión.

Mil plazas anuales

No es la única demanda planteada por Comesaña, que exige soluciones concretas y no un debate ex novo, recordando que ya existía un acuerdo de 2018 para mejorar la Atención Primaria y reformar las vías para formar facultativos, abordando así el “déficit de especialistas”, que constituye “el gran problema que toda España afronta en este nivel asistencial”.

Galicia reclama evaluar ese acuerdo, ampliar de manera extraordinaria 1.000 plazas de MIR anuales en Medicina de Familia y Comunitaria durante los próximos cuatro ejercicios y “flexibilizar los requisitos de acreditación de las unidades docentes en esta especialidad”.

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