Un ‘instagrammer’ gallego con alzacuellos

El sacerdote lalinense Daniel Gil González ‘evangeliza’ de manera plástica en las redes sociales con sus fotografías

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil.

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil. / Cedida

Ángel Graña

Daniel Gil González (Lalín, 1988) es un cura del siglo XXI. Basta con echar un vistazo a sus redes sociales —supera en 1.600 los amigos en Facebook y el millar de seguidores en Instagram— para comprobar que este joven natural de Bendoiro apuesta por la tecnología para evangelizar desde Santiago A Nova, la parroquia de la que se encarga en la ciudad de Lugo desde 2020. Gil, que ayer festejó el undécimo aniversario de su ordenación sacerdotal, es un gran aficionado a la fotografía, una disciplina artística que domina y a través de la cual hace llegar su mensaje cristiano.

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil.

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil. / Cedida

Sin embargo, este aficionado al rocanrol y a la música electrónica reconoce que de un tiempo a esta parte tiene algo abandonada su vertiente digital, pero que espera pode retomar en breve: “Me gusta mucho la fotografía, lo que pasa es que la tengo un poco descolgada porque el tiempo que tengo ahora es poco. Es algo que quiero recuperar”, señala. Daniel Gil también recuerda que su afición a la fotografía empezó “sobre todo desde que me compré la cámara con 18 años más o menos, pero recuerdo que con seis años nos llevaron de excursión a Betanzos y me fui con mi cámara hasta allí. Entonces, mis abuelos se sorprendieron de las fotos que pude hacer en aquel viaje”.

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil.

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil. / Cedida

En cuanto a la labor catequística de las nuevas tecnologías el sacerdote de Bendoiro tiene claro que “no me cabe ni la más mínima duda de que se puede evangelizar desde sitios como Instagram o Facebook. De hecho, creo que la Iglesia tiene que estar presente precisamente donde se encuentra la gente. Instagram, Facebook o TikTok es donde hay que estar ahora”. Y preguntado sobre el secreto de su producción explica que “todo lo hago con Photoshop y, después, para alguna cosa de vídeo utilizo también el Adobe Premier. Me vinieron muy bien algunos tutoriales de internet para aprender a utilizarlos. Poco a poco, experimentando fue saliendo lo que se puede ver”. Gil muestra en sus fotos algunas de sus debilidades, que enumera diciendo que “para mí Tolkien es lo más de lo más. De hecho, formo parte de la Sociedad Tolkien Española (STE). También me gusta mucho la saga de Star Wars o la de Juego de Tronos.

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil.

Fotografía subida a las redes sociales del párroco de Santiago A Nova, Daniel Gil. / Cedida

En el Obispado de Lugo crece el entusiasmo sobre este joven párroco, tal y como indica él mismo: “En la diócesis algunos se sorprenden y me animan a que siga haciendo comentarios a pie de foto. La gente se fija y está atenta porque ya me están diciendo que hace tiempo que no subo nada. Al final, es a donde quiero llegar. Cada fotografía lleva un mensaje inserto y a poco que les llegue a tres o cuatro personas, pues, muy bien”.

Daniel Gil está al frente de una parroquia con 15.000 feligreses censados. “Ahora hay un montón de jóvenes que están viniendo a la parroquia y hacemos con ellos actividades como un oratorio con pinchos y películas incluidos”, asegura el clérigo. Y sobre su cumpleaños sacerdotal concluye que “los 11 años pasan volando desde que empecé de formador en el seminario hasta cuando ayudaba en la parroquia de As Dores de Lalín o en los alrededores. Son experiencias distintas pero en las que descubres cómo la gente te da su cariño”.

15.000 feligreses

Daniel Gil está al frente de una parroquia con 15.000 feligreses censados. “Ahora hay un montón de jóvenes que están viniendo a la parroquia y hacemos con ellos actividades como un oratorio con pinchos y películas incluidos”, asegura el clérigo. Y sobre su cumpleaños sacerdotal concluye que “los 11 años pasan volando desde que empecé de formador en el seminario hasta cuando ayudaba en la parroquia de As Dores de Lalín o en los alrededores. Son experiencias distintas pero en las que descubres cómo la gente te da su cariño”. 

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