Un estudio detecta microplásticos en las placas arteriales y los asocia a una mayor mortalidad

Esas sustancias se vinculan con efectos cardiovasculares adversos

Rafa lópez

Los microplásticos y nanoplásticos que ingerimos e inhalamos se introducen en nuestras arterias y exacerban el proceso de arterioesclerosis, la principal causa global de muerte. Esta es la preocupante conclusión de un estudio realizado en tres centros de Italia por 43 investigadores, y publicado ayer en la revista científica estadounidense The New England Journal of Medicine (NEJM), una de las publicaciones médicas más prestigiosas del mundo. Los pacientes con placa de la arteria carótida en los que se detectaron microplásticos o nanoplásticos tenían un mayor riesgo de sufrir una combinación de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o muerte por cualquier causa a los 34 meses de seguimiento, en comparación con aquellos en quienes no se detectaron.

El estudio, titulado Microplásticos y Nanoplásticos en Ateromas y Eventos Cardiovasculares, cuyo primer autor es el doctor Raffaele Marfella, analizó y siguió a 257 pacientes sometidos a una cirugía llamada endarterectomía carotídea. Consiste en la extracción, a nivel del cuello, de la placa aterosclerótica (cúmulos de grasa que estrechan las arterias las arterias y bloquean el flujo sanguíneo) de las arterias carótidas, principal suministro de sangre al cerebro. El 58% tenía microplásticos y nanoplásticos en su placa y esta se relacionó con un aumento de 4,5 veces en la probabilidad de mortalidad en 34 meses por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Se detectaron también marcadores inflamatorios.

Aunque no se puede descartar del todo que los plásticos hallados hayan sido producto de una contaminación en el proceso de análisis, la “cuidadosa metodología, con espectrometría de masas y microscopía electrónica” y “la coherencia entre los 3 centros en esta evaluación prospectiva es digna de mención”, ha dicho el eminente investigador médico estadounidense Eric Topol, cardiólogo y consultor senior de la División de Enfermedades Cardiovasculares de la Clínica Scripps en La Jolla (California, EEUU).