El Parlamento Europeo aprueba la ley que regulará la inteligencia artificial

La normativa, pionera, prohibirá la vigilancia masiva y afectará a modelos de IA generativa como ChatGPT | Protegerá los derechos de autor y combatirá los sesgos racistas o machistas

Carles Planas Bou

La Unión Europea (UE) contará con la primera regulación integral de la inteligencia artificial (IA) del mundo. El Parlamento Europeo aprobó ayer una ley “histórica” que tiene como principal misión limitar los peligros de esta tecnología sin perjudicar la innovación. El texto aprobado ayer por la Eurocámara con una abrumadora mayoría de 523 votos a favor, 46 en contra y 49 abstenciones llega casi tres años después de la primera propuesta de la Comisión Europea. La normativa iba a estar lista a finales de 2022, pero el lanzamiento de ChatGPT y la meteórica popularización de la IA generativa obligó a los legisladores europeos a maniobrar para no dar a luz a un proyecto desfasado.

Uno de los aspectos más debatidos de la ley son las normas impuestas a los modelos de IA de propósito general, los sistemas capaces de generar textos, imágenes o vídeos que han comercializado grandes compañías como Microsoft, OpenAI o Google. Estos deberán aplicar criterios de transparencia que permitan identificar si sus aplicaciones han sido entrenadas con datos que presentan sesgos racistas o machistas o con contenidos que violan los derechos de autor. “Había muchos intereses en juego y nos mantuvimos firmes”, explicó el eurodiputado Brando Benifei, ponente de la ley. “Vamos a estar muy atentos a una aplicación rigurosa para que los artistas, músicos, editores y otros creativos sientan que sus derechos están defendidos”.

Durante meses, Francia lideró las presiones para rebajar estas exigencias, defendiendo así los intereses de la startup gala Mistral AI. El Elíseo aseguró que eso ayudaría a impulsar a las compañías europeas de IA para convertirlas en alternativas a los gigantes tecnológicos de Estados Unidos y así garantizar la soberanía tecnológica de la UE. No solo no lo logró, sino que a finales de febrero Mistral AI anunció su alianza con Microsoft, la empresa con mayor valor en bolsa del mundo.

“Francia tuvo una estrechez de miras gigante”, valora el eurodiputado socialista Iban García del Blanco en declaraciones a El Periódico, del mismo grupo editorial que LA OPINIÓN: “Si Europa quiere ser relevante en la competición tecnológica internacional debemos tener una estrategia conjunta y cooperativa, se equivocan mucho los países que tratan de ir por su lado”.

El pasado diciembre, y tras negociaciones de más de 35 horas casi sin interrupción, los eurodiputados sellaron un acuerdo político que da forma a una regulación pionera que categoriza la IA según sus usos y establece obligaciones más o menos estrictas en función de si suponen un “alto riesgo” o un “riesgo mínimo”. Las multas por incumplimiento de las normas pueden alcanzar los 35 millones de euros o el 7% de la facturación anual mundial.

La ley prohíbe los sistemas algorítmicos que vulneran derechos fundamentales, como los de puntuación social, el reconocimiento de emociones, la vigilancia policial predictiva o el rastreo de datos biométricos para inferir la raza, orientación sexual u opiniones políticas de personas.

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