Abrazar perros y gatos reduce los niveles de estrés y fatiga

Un estudio de investigadores de Corea del Sur indica que favorece la relajación y concentración

Coruñesa con perros. |   // C./R.A.

Coruñesa con perros. | // C./R.A. / Valentina Raffio

Valentina Raffio

Todo el que haya tenido perro, gato o cualquier otra mascota sabe que el simple gesto de abrazar a estos animales produce una profunda sensación de bienestar. ¿Pero alguna vez te has preguntado qué ocurre en tu cerebro cuando realizamos este gesto? ¿A qué se debe este fenómeno? ¿Qué tipo de reacciones se producen en nuestra mente? Un equipo de investigadores de la Universidad Konkuk, en Corea del Sur, han indagado a fondo en esta cuestión y, según desvelan en un artículo publicado recientemente en la revista científica PLOS One, abrazar a un perro o a cualquier otro animal —que no reaccione mal, por supuesto— no solo reduce sustancialmente los niveles de estrés sino que, además, favorece un conjunto de mecanismos cerebrales relacionados con la relajación y la concentración.

La investigación se ha centrado en el estudio de 30 participantes. Todos ellos tuvieron que realizar actividades con perros entrenados como, por ejemplo, jugar con ellos, darles golosinas y tomarse fotografías. Según explican los impulsores de esta investigación, cada actividad fue cuidadosamente ideada para explorar el impacto de estas interacciones en la actividad física del cerebro humano. Para ello, de hecho, durante las pruebas, los participantes tenían que llevar unos aparatos para registrar la actividad eléctrica de sus neuronas y, paralelamente, responder a unos cuestionarios para evaluar su estado emocional antes, durante y después de cada actividad.

Además de estos hallazgos, los participantes informaron sentirse significativamente “menos fatigados, deprimidos y estresados” después de interactuar con los perros. Según explican los expertos que han liderado este trabajo, este efecto positivo en el estado de ánimo y el bienestar emocional subraya el potencial terapéutico de las interacciones entre humanos y animales como, por ejemplo, en el uso de animales como apoyo emocional en hospitales o entornos especialmente estresantes.