Galicia lidera la prescripción de biosimilares, la versión económica de fármacos punteros

Casi cuatro de cada diez medicamentos recetados en la sanidad pública gallega son “copias” de terapias biológicas u El uso de genéricos crece y se sitúa ya por encima del 46%

Paula Pérez

A diferencia de los medicamentos tradicionales, de origen químico, los fármacos biológicos, que utilizan organismos vivos para su desarrollo, supusieron un avance importante para afrontar patologías como la diabetes, las enfermedades de origen autoinmune, el enanismo o el cáncer. Sin embargo, son tratamientos costosos, pues su elaboración es mucho más innovadora y compleja. Su versión económica son los biosimilares que “copian” al biológico original cuando deja de estar protegido por la patente. Esto permite que estas terapias lleguen a más gente y que los sistemas de salud ahorren mucho dinero, de ahí que se intente fomentar al máximo su uso. Y Galicia ha hecho los deberes. Es la comunidad española con el mayor porcentaje de prescripción de biosimilares a través de receta.

Casi cuatro de cada diez fármacos que se prescriben en el Sergas son de este tipo. El porcentaje de biosimilares en Galicia es, de hecho, casi el doble que los recetados en el Sistema Nacional de Salud (23,2%).

En los últimos dos años se ha dado un impulso importante a estos fármacos, pues pasaron de copar el 34,4% de las recetas al 39,8%, según los últimos datos ofrecidos por el Sergas correspondientes al pasado ejercicio.

Los biosimilares son a los medicamentos biológicos lo que los genéricos a los medicamentos tradicionales de síntesis química. La diferencia es que estos últimos son moléculas pequeñas que por su sencillez se pueden preparar en un laboratorio mediante formulación química. Sin embargo, los biológicos se basan en moléculas tan grandes y complejas que requieren de células vivas para su producción. Entre ellos se encuentran hormonas (insulina, hormonas del crecimiento, factores de estimulación de los glóbulos rojos...) así como anticuerpos o vacunas...

Un ejemplo de medicamento biológico son las epoetinas, que sirven para tratar diferentes tipos de anemia y que se producen mediante ingeniería genética en células de ovario de hámster chino. También hay biosimilares de heparinas, unos anticoagulantes que se usan prevenir la trombosis venosa o la embolia pulmonar.

Ya hay 46 biosimilares autorizados en España que copian a 14 biológicos originales. La gran mayoría se usan y dispensan en el ámbito hospitalario.

La gran ventaja de estos fármacos es el ahorro que supone para los servicios de salud. Hay estudios que estiman que su utilización habría supuesto un ahorro de 5.162 millones de euros entre los años 2009 y 2022.

La Organización de Consumidores y Usuarios ha calculado la diferencia de coste entre un medicamento biológico original y su réplica. Así, por ejemplo, Avastin, que es el nombre comercial del principio activo Bevacizumab, que se usa para combatir el cáncer de mama tiene un coste anual por paciente de 46.643 euros. Sin embargo, si se usa uno de los seis biosimilares que copian este fármaco el ahorro ronda los 9.000 euros anuales.

Y al igual que se está extendiendo el uso de biosimilares, cada vez se recetan también más genéricos. En 2023 el 46,47% de los fármacos recetados en Galicia fueron principios activos sin marca.

Aunque la comunidad gallega sigue ligeramente por debajo de la media del 47,12% del Sistema Nacional de Salud y las mutuas. Desde la Consellería de Sanidade destacan que los datos están muy “igualados” y que la progresión de prescripción de genéricos en Galicia ha sido “ascendente”.

De hecho, en cinco años aumentó el porcentaje de genéricos en 2,39 puntos en Galicia, cuando a nivel nacional —que incluye los datos de las mutuas— la cifra permaneció prácticamente estancada (solo aumentó en 0,68 puntos).

Para impulsar el uso de genéricos y biosimilares el Ministerio de Sanidad se plantea permitir la competencia de precios entre medicamentos. Hasta ahora se obligaba a todos los fármacos equivalentes a estas versiones más económicas a comercializarse al mismo precio.

Esto impedía a genéricos y biosimilares ganar cuota de mercado, pues los medicamentos de marca equivalentes cuestan lo mismo. Con esta modificación que se plantea el Gobierno los fármacos de marca podrán subir su precio, de manera que los genéricos serán más baratos y, por lo tanto, se venderán más.

Desde la Consellería de Sanidade impulsan también medidas para fomentar su uso. En los acuerdos de gestión de este año se fijan como objetivo que la prescripción de genéricos supere el 50%. También quieren que el 70% de las heparinas que receten los facultativos sean biosimilares. El complemento de productividad que cobran los médicos estará vinculado al cumplimiento de estas metas.

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