Así lo han manifestado esta mañana los padres de la pequeña, Hugo R.d P. y Belinda M.A., durante el juicio que se ha celebrado en la Audiencia de Cantabria por estos hechos, que ocurrieron en julio de 2006.

Los padres, que se enfrentan a una solicitud de condena de 12 años de cárcel, han reconocido que consumían sustancias de forma esporádica, aunque han negado que lo hicieran en presencia de su hija, que tampoco tenía acceso a ellas.

El día en que ocurrieron los hechos, el 22 de julio de 2006, llegaron al cámping de Isla después de un viaje en coche desde Aranda de Duero (Burgos) que duró toda la noche y que emprendieron después de haber consumido "dos tiros de 'speed' para aguantar".

Una vez en el cámping, los acusados instalaron sus tiendas de campaña y, según han declarado, consumieron cerveza y algún "chupito" de ron en la comida y fumaron "un par" de porros de hachís.

Durante la cena la niña estaba cansada y se portó mal, por lo que decidieron que el padre se fuera con ella a la tienda de campaña a dormir mientras la madre terminaba de comer.

Cuando ésta última regresó a la parcela que tenían, padre e hija estaban ya dormidos, por lo que también se acostó, aunque vomitó porque le "sentó mal" todo lo que había tomado, según ha relatado al tribunal la propia Belinda M.A.

Después de un tiempo, la niña salió sola de la tienda de campaña y comenzó a deambular por la zona llorando hasta que fue recogida por unos campistas que avisaron al vigilante del cámping y a la Guardia Civil.

La madre ha indicado que durante el embarazo y la lactancia de su hija, que se prolongó hasta que ésta cumplió un año, siguió consumiendo drogas.

Al ser preguntada por la fiscal, ha dicho que sólo se explica el consumo reiterado de cocaína y cannabis que los análisis detectaron en su hija porque a veces "chupaba" su chupete si caía al suelo para limpiarlo o porque le dio el pecho mientras seguía tomando drogas.

Los guardias civiles que acudieron al cámping han señalado que les costó mucho despertar a la pareja, sobre todo a la mujer, que estaba "borracha" y yacía con la cabeza fuera de la tienda y "sobre su propio vómito". "Estaba K.O. total", ha asegurado uno de los agentes.

El padre, en un principio, "actuaba como si estuviera borracho" porque "no coordinaba" y "le costaba hablar", aunque finalmente cayó en la cuenta de que faltaba su hija, al preguntarle con quién había ido al cámping.

Las peritos que examinaron el cabello de la niña han destacado que el análisis reveló un consumo "repetido" de cannabis y cocaína en los ocho o nueve meses anteriores, y han señalado que el cuerpo de la menor había metabolizado esas sustancias.

Han explicado que la presencia de la droga en la menor podría explicarse por haber estado expuesta a ambientes con humo en caso de que alguna persona hubiera fumado delante de ella, y han descartado que pudiera deberse a un consumo de la madre durante la lactancia, porque, según han dicho, al cabo de seis meses desde el final de ese periodo los restos de droga no se hubieran detectado.