El trabajador boliviano que sufrió la amputación de su brazo izquierdo cuando estaba trabajando en una panificadora de Real de Gandia (Valencia) ha manifestado hoy que estaba empleado en la empresa en situación ilegal y que trabajaba doce horas al día por las que cobraba 700 euros al mes.

Franns Melgar Vargas ha confirmado que su jefe, quien, según el sindicato CCOO, tiró el brazo a un contenedor de basura después del accidente, le dejó a "200 metros del hospital" y le pidió que "no dijera nada".

Según ha indicado el cuñado del accidentado, Mario Azogue, los médicos "no pudieron hacer nada" por conseguir que Franns no perdiera la extremidad, ya que el brazo fue encontrado tiempo después dentro de un contenedor, "en un par de bolsas de plástico" que contenían también restos de masa de pan.

Franns ha relatado que, cuando la máquina le pilló el brazo, el pasado 28 de mayo, fue él mismo quien consiguió "parar la máquina" para evitar que le cogiera más parte del cuerpo.

Según ha afirmado, su jefe le comentó que cuando le preguntaran en urgencias qué le había pasado, debía decir que "había sido un accidente y nada más".

Su cuñado ha comentado que "muchos" de los trabajadores de esa empresa, ubicada en la localidad de Real de Gandia, en la comarca de La Safor, están "en situación ilegal" al igual que Franns, que trabajaba de once de la noche a once de la mañana y que cobraba por jornada 23 euros, lo que suponía un sueldo de 690 euros al mes.

La hermana del accidentado, Silvia Melgar, ha mostrado su gratitud a los servicios médicos, y ha manifestado que "espera que todo salga bien".

Al mismo tiempo, ha pedido ayuda "a personas y sindicatos", para que este caso no se quede "así" y lo sucedido a su hermano pueda "tener consecuencias".

Por su parte, los responsables de la empresa en la que trabajaba Franns han reconocido que el joven no tenía contrato pero han sostenido que sí le prestaron la ayuda necesaria cuando sufrió el accidente.