Doce personas murieron y otras 31 resultaron heridas en un tiroteo que se registró en la base militar estadounidense de Fort Hood, en el estado de Texas. Según las primera hipótesis, tres hombres armados y vestidos de militares empezaron a disparar y los soldados que estaban en el centro respondieron al ataque con sus armas, desatándose el caos en la mayor base del Ejército en el territorio continental.

La Oficina de Investigación Federal (FBI) descartó que se trate de un acto terrorista y agentes de este cuerpo se han trasladado a la base para investigar lo sucedido.

El general Rusell Honoré, antiguo subcomandante de la base, dijo a la cadena CNN que el tiroteo fue protagonizado por tres soldados armados con rifles M16. Fuentes del Pentágono confirmaron que se había producido un incidente en la base militar y que había varios muertos, pero sin especificar el número ni las circunstancias del suceso.

La cadena Fox informó en su web de que al menos doce personas murieron como consecuencia del tiroteo, que ocurrió en una de las instalaciones del centro militar.

Al cierre de esta edición se desconocía aún si las víctimas formaban parte del personal civil o eran militares de la base. Las autoridades desplazaron equipos de emergencia a la unidad militar para atender a los heridos.

Según una televisión local, uno de los atacantes murió en el tiroteo y los otros dos fueron detenidos. La cadena agregó que los sospechosos vestían uniforme militar.

Fort Hood alberga a 70.000 personas, 42.000 de ellos soldados, y es la base norteamericana más grande del mundo. Da cobijo a dos unidades del Ejército estadounidense y es un centro de entrenamiento de soldados, donde se concentran antes de ser desplegadas en sus misiones. Muchos de ellos sufren de estrés y síndrome postraumático tras haber estado destinados en las guerras de Afganistán e Irak.

El presidente norteamericano, Barack Obama, fue informado de los hechos y calificó el tiroteo de "horrible incidente de violencia".

"Ya es duro cuando nuestros soldados pierden la vida en misiones en el exterior. Es horripilante cuando lo hacen en incidentes en como éste, en sus propias bases en suelo estadounidense", afirmó el presidente en un acto en el Departamento del Interior.

Obama estuvo en contacto con el jefe de Estado Mayor, el almirante Mike Mullen, y el secretario de Defensa, Robert Gates, para seguir el incidente. Según indicó, "mis primeros pensamientos y oraciones están con los heridos y con las familias de las víctimas, así como con aquellos que viven en Fort Hood".

El presidente estadounidense fue informado en cuanto comenzaron a difundirse las informaciones del tiroteo, en continuo contacto con su equipo de seguridad Nacional. Altos funcionarios de la Casa Blanca se reunieron de inmediato en la sala de Crisis.

La instalación militar fue cerrada. Además, las fuerzas de seguridad cerraron también, por precaución, las escuelas situadas en las proximidades de la base. Ante las dudas sobre lo sucedido al principio, el Ejército reforzó la seguridad en otras bases del país.

Frecuente violencia

La base militar de Fort Hood ha sido en los últimos dos años escenario frecuente de violencia protagonizada por los soldados. El incidente, en medio de un incremento del número de suicidios y de desórdenes mentales entre los militares estadounidenses, es el último capítulo de una serie que parece haberse hecho más violenta en los últimos dos años en Fort Hood. Hace poco más de un año, tras un altercado, un soldado mató a balazos a su teniente y luego se suicidó.

A finales de ese año, el ex convicto Denard Manns fue ejecutado en Texas por robar, violar y matar en 1999 a la asistente médico, Michelle Robson, en un apartamento cercano a la base.