Es uno de los juicios más esperados. La vista por el asesinato del alcalde de Fago Miguel Grima, ocurrido el 12 de enero de 2007, arranca hoy en la Audiencia Provincial de Huesca con la declaración del único acusado, el ganadero y guarda forestal Santiago Mainar, y con una gran expectación mediática. Casi doscientos periodistas se han acreditado para llevar a cabo la cobertura del juicio, que tratará de dar luz a un suceso sobre el que ya se escribieron varios libros, que llenó páginas en periódicos y revistas y hasta ha sido el argumento de una miniserie de televisión: fue un caso que hizo que todo el país centrase su atención en Fago, un pequeño pueblo de apenas una treintena de habitantes que hoy, como cuando ocurrió el crimen, se mantiene en el silencio y el hermetismo.

Durante la vista oral, que se prolongará durante ocho jornadas, un total de 122 personas, entre testigos, peritos y agentes de la Guardia Civil, responderán a las preguntas del fiscal, Felipe Zazurca; del abogado de la defensa, el mediático Marcos García-Montes, y de los letrados de la acusación particular, Enrique Trebolle (de la familia), y José María Viladés (del Partido Popular). El ministerio público solicita un total 21 años de prisión para Santiago Mainar por un presunto delito de asesinato en concurso con otros de atentado y tenencia ilícita de armas. En concepto de responsabilidad civil establece una indemnización de 105.000 euros para la viuda de Miguel Grima, Celia Estarlich.

La acusación particular que representa el letrado Enrique Trebolle solicita la misma pena para el acusado y la prohibición, por un periodo de diez años, de acercarse a menos de 500 metros y de comunicarse por cualquier medio con la viuda del fallecido, así como la prohibición del derecho a residir o desplazarse a la localidad de Fago. Respecto a las indemnizaciones, demanda 216.000 euros para la viuda y 42.000 euros para cada una de las dos hermanas de la víctima. Por su parte, el abogado Marcos García Montes, que defiende al acusado, pide la libre absolución argumentando que los hechos no fueron cometidos por Mainar, aunque éste lo confesara tras ser detenido.

Los hechos ocurrieron el 12 de enero de 2007, en la carretera por donde el fallecido regresaba a la casa en la que vivía con su mujery donde Santiago Mainar, supuestamente, le preparó una emboscada para que tuviera que bajar de su vehículo y poder dispararle con una escopeta de postas, que nunca fue encontrada. El ganadero era detenido el 2 de febrero, 20 días después de que fuera encontrado el cuerpo sin vida del alcalde en la cuneta de la carretera con un disparo de postas en el pecho. Unas horas después de su arresto Mainar se declaraba responsable del crimen ante la Guardia Civil, aunque días más tarde, ante el juez de Instrucción de Jaca encargado del caso, se retractó y se declaró inocente, argumentando que al hacerse responsable del asesinato quería rebajar la tensión existente en el pueblo.