Un hombre de 76 años, Serafín Rodríguez Pumar, jubilado de la construcción, falleció ayer por la tarde en el voraz incendio de su vivienda unifamiliar situada en el barrio de Tabordela, en la localidad pontevedresa de Tomiño.

El cuerpo fue hallado en el suelo del dormitorio, irreconocible, sobre restos de lo que pudo ser la cama. Efectivos del cuerpo de Bomberos de O Porriño fueron quienes primero entraron en la casa y hallaron a la víctima.

El fallecido vivía solo desde que murió su esposa, hace unos veinte años. Tenía tres hijos y una hija y, desde su jubilación, se dedicaba a trabajar en una huerta que tiene en su finca. Por las tardes solía reunirse con sus amigos en algún bar de la localidad.

Una vecina del septuagenario fue quien se percató del humo que sobre las cinco y media de la tarde de ayer empezó a salir por el resquicio de las ventanas. En un primer momento, los residentes de la zona pensaron que el hombre no estaba en la casa y lo buscaron por los bares del lugar, pero sin encontrarlo.

El tejado se desplomó

Mientras, ya se había dado aviso a la Guardia Civil, la Policía Local, los servicios del Grumir y los Bomberos de O Porriño. El incendio se extendió rápidamente hasta afectar a más de la mitad de la vivienda, que consta de una planta y de bodega: el tejado se llegó a desplomar y quedaron al aire las vigas calcinadas.

La Guardia Civil investiga ahora las causas del siniestro, tras confirmarse que no fue provocado. El cuerpo de la víctima fue trasladado al Hospital Nicolás Peña de Vigo -donde está previsto realizar la autopsia- a las nueve y media de la noche.

Los vecinos relataron que el hombre era muy precavido y que, por ejemplo, siempre desenchufaba su manta eléctrica por las noches para así evitar posibles accidentes.

"Era un hombre que se relacionaba con sus amigos. Pasaba las mañanas entretenido, trabajando en su huerto. Después comía e iba a tomar café", relató un vecino cercano a la casa familiar.