El más escurridizo de los grandes capos gallegos y el último en ser detenido, Francisco Javier Martínez Sanmillán, alias Franki, se hará viejo en la cárcel al acumular ya tres condenas que suman 58 años de prisión. El tribunal Supremo ha ratificado los 18 años que le impuso la Audiencia Nacional el año pasado por un alijo de casi cinco toneladas de cocaína intervenido en la localidad asturiana de Tapia de Casariego en 1997, el más grande incautado en Asturias. El alto tribunal declara que no ha lugar al recurso de casación interpuesto, por lo que confirma también la multa de 300 millones de euros y el comiso de sus bienes, un patrimonio valorado en 10 millones de euros.

Franki fue juzgado en solitario por el alijo de Tapia de Casariego ya que logró permanecer huido de la justicia durante 12 años hasta que la unidad policial Greco-Galicia lo detuvo en un chalé de lujo en Denia en 2006. Utilizaba nombre falso y se había cambiado las huellas dactilares de las manos para no ser identificado.

El Tribunal Supremo considera que no ha lugar al recurso de casación interpuesto por su abogado que alegaba vulneración del derecho de presunción de inocencia, y otro de infracción de la ley de amparo, y le impone las costas. El fallo sostiene que ni la muerte de dos de los coimputados y un testigo afectan a los elementos probatorios y que los reconocimientos fotográficos que identificaban a Franki en su día no tenían que repetirse 11 años después.

La sentencia da por buenas las declaraciones iniciales de los coimputados, y advierte de que uno de ellos "fue coaccionado y con alto grado de probabilidad de que los demás conocieran tales maniobras." En cuanto a las dilaciones indebidas alegadas por la defensa de Martínez Sanmillán, que aseguró que no se realizaron gestiones por parte del juzgado y la policía para localizarle durante sus 12 años de fuga, por lo que unos hechos de 1996 se juzgaron en 2008, el Supremo considera de alto valor probatorio la declaración del propio Martínez Sanmillán. "El cambio quirúrgico de sus huellas dactilares responde que fue fruto de un accidente, sin más, cuando documentalmente pudo acreditarlo. Respecto al cambio de identidad nada dice, y cuando se le pregunta por los lugares de residencia sólo afirma que estuvo por el norte de África o Suramérica y cuando volvió a España residió por la meseta".

A Franki se le acumulan ahora las condenas por los grandes alijos en los que participó durante los años que permaneció fugado de la Justicia. A los 17 años de la operación Nécora se suman los 18 años por la cocaína de Tapia de Casariego, y otros 13 años que le impuso la Audiencia Nacional el año pasado por su participación en la operación Temple, una de las más grandes de Europa que se saldó con la incautación de unos 11.000 kilos de cocaína y 200 de heroína. En aquella operación cayeron varios colombianos, como Alfonso León (amigo de Franki y condenado a 34 años ), y Carlos Ruiz Santamaría, El Negro. Entre los narcos arousanos condenados con ellos se encontraba José Manuel Vila, O Presidente, arrestado en abril del año pasado a las puertas de la prisión coruñesa de Curtis en relación con otro alijo marítimo de cinco toneladas de cocaína intervenido días antes en el pesquero Doña Fortuna, un alijo que se iban a repartir la organización gallega desarticulada y la Camorra napolitana.