Dos hombres encapuchados, que de madrugada accedieron a una oficina de Caixanova de A Guarda mediante un butrón, atracaron ayer a mano armada la sucursal y lograron un botín de unos 120.000 euros tras intimidar con una pistola y un cuchillo a tres empleados, entre ellos el director de la oficina que fue herido de un culatazo en la cabeza para que abriera la caja fuerte. Una vez conseguido su objetivo, dejaron en el suelo y maniatados a los tres trabajadores, huyendo por el mismo butrón por el que habían entrado.

La Guardia Civil busca a los dos asaltantes y a un tercer integrante del grupo, encargado de vigilar el exterior de la sucursal y en contacto con sus dos compinches a través de un teléfono móvil.

La alerta la dieron al 112 otros dos empleados de la sucursal que se incorporaban a su trabajo. Eran sobre las 8.00 de la mañana y la Policía Local fue quien llegó primero a la entidad. A través del cristal del cajero electrónico los agentes vieron al director, quien indicó que ya no estaban los ladrones. Con un martillo que sacaron del coche policial, rompieron la puerta de cristal de la entrada, a fin de rescatar a los tres empleados que encontraron atados de pies y manos con bridas. "El director estaba en el patio de operaciones, cerca de él estaba otro compañero y en un pasillo que conduce a un despacho, hallamos a la empleada", explica un portavoz policial. El director presentaba una herida sangrante en la cabeza al haberle golpeado uno de los individuos con una pistola y recibió varios puntos de sutura en una ceja.

Él mismo explicó a los agentes que sus otros dos compañeros fueron los primeros en llegar a la oficina. Uno de los encapuchados, armado con un cuchillo, ordenó al trabajador: "Siéntate, como si no pasase nada". Con ello consiguieron que el director no sospechase nada al entrar y que, a pesar de notar algo extraño, no se imaginase lo que ocurría hasta que uno de los atracadores le amenazó con la pistola, llegando a golpearle con ella, hasta conseguir que abriese la caja fuerte de la que se llevaron los 120.000 euros. Acto seguido, emprendieron la huida por el mismo butrón que abrieron para entrar, situado en la parte trasera de la oficina que da a un patio y a un callejón donde montaron en un coche.

Una de las vecinas vio como dos hombres jóvenes, uno portando una bolsa negra, saltaban por un pequeño muro y se introducían en un coche blanco y antiguo, adelantando al suyo, a gran velocidad. Uno llevaba una especie de gorro que se sacó al entrar en el vehículo. La policía judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo del atraco, perpetrado posiblemente por gallegos.