La joven de 18 años C.M.C., que desde el pasado jueves permanecía ingresada en el Hospital Clínico de Santiago, víctima del accidente registrado en Caldas de Reis el pasado jueves, falleció a primera hora de la tarde de ayer. De esta manera, son ya cuatro las vidas que se ha cobrado el brutal siniestro que se registró en la Nacional 640.

La chica viajaba en el asiento trasero del Peugeot 306, que tras perder el control en una curva, colisionó con una furgoneta que circulaba por el carril contrario.

A pesar de que el lado derecho del vehículo, que ocupaba C.M.C. fue el menos afectado por el impacto, la joven tuvo que ser evacuada del lugar en el que se produjo el siniestro por un helicóptero medicalizado; su pronóstico era de extrema gravedad, tanto que, finalmente, la joven universitaria no logró recuperarse de sus heridas.

La conductora y dos de los ocupantes de los asientos traseros perdieron la vida en el acto. De esta manera, tan sólo ha conseguido sobrevivir al accidente el copiloto, Cristian Portas, de 20 años de edad y vecino de la localidad pontevedresa de Meis, que permanece ingresado en el Hospital Domínguez de Pontevedra. Su estado es estacionario, según un portavoz del centro hospitalario. Sufrió traumatismo craneoencefálico y traumatismo torácico-abdominal y su vida no corre peligro.

Cabe recordar que las cinco víctimas pertenecen a la comunidad universitaria. Precisamente, regresaban de estudiar en Santiago cuando a las 10.50 horas del pasado jueves se toparon con este trágico destino. La conductora Lorena Picallo, también fallecida, había obtenido el carné de conducir tan solo un día antes del accidente; la investigación del siniestro reveló que dos de los ocupantes no llevaban cinturón.

"Perdí el control del coche en una curva y no me enteré del atropello hasta que me lo dijeron", decía ayer Iván D.S. desde su domicilio familiar de Ourense, un día después del atropello mortal del que fue víctima pasadas las nueve de la noche del martes Manuel Rodríguez de la Fuente, gerente del Grupo Cuevas y presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de San Cibrao, cuando practicaba footing, como de costumbre, por la carretera que une Rairo y O Cumial, concretamente en el carretera OU-513. El autor del trágico siniestro, que se recupera en su vivienda de la capital de As Burgas de la rotura de una costilla y varias contusiones, de las que fue atendido en un centro sanitario, relataba ayer lo sucedido invadido por la tristeza. "Me dirigía al polígono de San Cibrao para hacer el turno de noche en la empresa en la que trabajo". "Es un recorrido que llevo años haciendo a diario para ir a trabajar, conozco perfectamente la carretera", aseguraba. "Se me fue el coche de repente. Noté un bandazo inesperado en la parte trasera y aunque intenté enderezar el vehículo agarrándome fuertemente al volante, no sé qué pasó y no lo pude controlar", relataba.