El auto de ingreso en prisión provisional dictado por la juez de guardia de Vigo anoche, le imputa dos presuntos delitos de intento de homicidio, pero el fiscal había solicitado que se le imputaran dos posibles delitos de asesinato en grado de tentativa. El Ministerio Público, ante la gravedad de los hechos, consideraba que había existido alevosía, ya que las dos niñas, que tienen 2 y 4 años, se encontraban sentadas en sus sillas, y no habían tenido ninguna capacidad de defensa como tampoco pudieron bajarse del coche.

Así, el fiscal consideraría que si bien pudo no existir intención de matar, los hechos ocurrieron en un acantilado, con el peligro que conlleva una caída en una zona de peñas donde lo previsible era que todas pudieran morir.

Los hechos tuvieron lugar el pasado martes sobre las seis de la tarde. En ese momento, Ana Soto llamó a su ex marido, del que llevaba separada al menos un par de meses. En la llamada telefónica, le avisó de que se iba a lanzar con su coche, un monovolumen de la marca Citroën Xsara Picasso, por el acantilado con las dos niñas desde el mirador de Baredo, en el municipio de Baiona.

Una vez recibida la llamada el hombre se puso de inmediato con la Policía Nacional en el 091, tras lo que varias patrullas de la Guardia Civil se dirigieron hacia allí. A pesar de la diligencia de las fuerzas de seguridad, para cuando llegaron al lugar de los hechos, los agentes ya encontraron que el vehículo se encontraba ya volcado sobre las rocas y casi al borde del mar. Sólo la fortuna impidió que tras despeñarse por el acantilado las tres ocupantes del coche siguiesen con vida. Sólo la madre tuvo que ser atendida en el hospital, donde le colocaron un collarín por los golpes recibidos.