La intensa tormenta de lluvia y granizo -con pedriscos de hasta tres centímetros de diámetro- que cayó ayer sobre la ciudad de Cuenca entre las 14.30 y las 14.45 horas obligó al rescate de varios conductores cuyos vehículos se habían quedado atrapados por el agua, que llegó a subir un metro de altura.

Los bomberos municipales trabajaron toda la tarde de ayer en el operativo puesto en marcha para atender las inundaciones en cocheras, trasteros, naves industriales y bajos comerciales. Además, el tráfico quedó restringido en varios distritos de la ciudad.