Ocho personas, siete de ellas miembros de una misma familia -la octava murió al asomarse a su balcón para ver lo que sucedía-, murieron ayer en Bratislava por los disparos efectuados por un hombre de unos 50 años que posteriormente se suicidó tras verse acorralado por la policía, según el último balance oficial ofrecido por el ministro del Interior de Eslovaquia, Daniel Lipsic.

Por su parte, el ministro de Sanidad, Ivan Uhliarik, indicó que quince personas resultaron heridas en el tiroteo. Trece personas tuvieron que ser trasladadas a varios hospitales mientras que otras dos recibieron atención en el lugar de los hechos. Entre los más graves figura un policía que recibió un tiro en la cabeza, y un niño de 5 años. "Un paciente está en estado crítico, mientras que otros tres más están graves y los otros 9 se encuentran estables", aclaró el titular de Sanidad.

Previamente, el ministro del Interior eslovaco y el jefe de la Policía, Jaroslav Spisiak, habían ofrecido los primeros detalles de lo ocurrido. El agresor, que no ha sido identificado, iba armado con un fusil de asalto que había obtenido ilegalmente y tenía también otras dos armas así como numerosa munición, según Spisiak. Lipsic agradeció su actuación a la Policía y a los efectivos de emergencias, subrayando que la primera patrulla se personó en el lugar de los hechos tan sólo dos minutos después de que comenzase el tiroteo.