Son ya quince días sin noticias sobre el paradero de Sonia Iglesias Eirín y la Policía Nacional parece estar dispuesta a no dejar un sólo rincón de Pontevedra sin peinar para dar con alguna pista que pudiera arrojar luz sobre la desaparición de esta mujer de 38 años. Después de que los agentes, efectivos de Protección Civil y los propios ciudadanos buscasen a esta pontevedresa exhaustivamente por los montes del municipio y también en el río -por los márgenes o a bordo de una embarcación-, ayer se inició un rastreo con buzos de los fondos del Lérez desde Monte Porreiro hasta su desembocadura en la ría de Pontevedra a petición de la propia Comisaría.

Desde la Policía Nacional insistieron en que, a pesar de lo que el paso dado ayer pudiera dar a entenderlo, la investigación no reveló en los últimos días ningún indicio que haga sospechar que el cuerpo de Sonia Iglesias pudiera encontrarse en el fondo del Lérez. Aseguran que se limitan a estudiar todas las posibilidades hasta su último extremo y fuentes oficiales explicaron que el rastreo del lecho del río se llevó a cabo "porque es uno de los pocos sitios de Pontevedra en los que nos quedaba por buscar" alguna prueba o indicio que pueda arrojar luz sobre el paradero de Sonia.

Así las cosas, los buzos comenzaron a peinar el fondo del río sobre las 16.30 horas, coincidiendo con la bajamar, de tal forma que la búsqueda contaba con mayores posibilidades de éxito, y se prolongó hasta casi las nueve de la noche mientras se dispuso de luz solar. En principio, se prevé que el rastreo incluya la práctica totalidad del tramo urbano del río, desde Monte Porreiro hasta después del puente de la ría, por donde cruza la AP-9. Más allá de este viaducto "no tendría sentido buscar" por tratarse de una zona de mar. Ayer se inspeccionó un primer segmento del fondo del río entre la cascada de Monte Porreiro hasta antes de la playa fluvial, a la altura de la rotonda que da acceso a este barrio. Tras horas de búsqueda, el operativo se levantó sin que diera resultados positivos. No obstante, está previsto que las labores se retomen mañana si la disponibilidad de los voluntarios lo permite.

Y también ayer Pontevedra se volvió a echar a la calle para exigir la vuelta a su hogar de Sonia. La manifestación que partió y culminó en la plaza de A Ferrería se convirtió en otra muestra de solidaridad de los vecinos con la familia y amigos de la desaparecida. Se calcula que unas tres mil personas recorrieron las calles de la capital. Una marcha en la que estuvieron presentes entre evidentes muestras de dolor los padres y familiares directos de Sonia, así como sus compañeros de trabajo, y en la que prefirió no participar -como ya ocurrió en la anterior ocasión- su pareja sentimental, Julio Araújo.