Celia Portas, la vecina de Cruceiro (Lalín) que fue hallada muerta el martes en su vivienda, falleció tras recibir un único golpe en la cabeza con el reverso de un hacha, según la autopsia que se realizó sobre el cuerpo de la mujer así como sobre el de su hijo, José Areán. Ambos fueron encontrados por su hijo y hermano en una habitación de la casa, ella encamada y él a escasos metros y desplomado sobre el suelo. En la misma estancia estaban también el hacha y otros objetos punzantes.

Fue el propio director del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), Benito López, quien se encargó de examinar los dos cadáveres en la mañana de ayer para determinar la causa de su muerte. Sin embargo, en el caso de José Areán habrá que esperar al resultado de las pruebas toxicológicas para ratificar si su fallecimiento se debe a un suicidio por sobredosis de medicamentos, tal y como apuntan todas las hipótesis. El cuerpo de este hombre de 52 años también presentaba varios golpes, producidos presuntamente al caerse tras desmayarse por la ingesta de la medicación. En este punto, la autopsia descarta que la muerte del varón fuese violenta.

A la vista de estos resultados, se descarta por completo la presencia de una tercera persona en la vivienda que pudiese ser el autor de las muertes, ya que la Policía Judicial tampoco encontró ningún tipo de huellas que no perteneciese a los dos moradores de la casa. Es más, según la autopsia, Celia Portas falleció incluso días antes que su hijo, ya que su cadáver presentaba un mayor grado de descomposición y restos de moho, con lo que la tibia hipótesis de la muerte de ambos a manos de un extraño se descarta. Por otra parte, la humedad que se detectó en el interior del inmueble pudo contribuir a acelerar la corrupción de los cuerpos.

Aparte de la falta de huellas de un ajeno a la familia, la vivienda se encontraba cerrada a cal y canto, hasta el punto de que el hijo de la fallecida que halló los cadáveres tuvo que serrar la puerta exterior para entrar en la casa, en la que no se había forzado ninguna puerta ni ventana. En su interior, la vivienda también presentaba varios sistemas de cierre que no fueron alterados, por lo que el acceso al inmueble por parte de cualquier extraño resulta imposible.

La investigación sobre el presunto parricidio continúa abierta, pero los agentes judiciales dejaron ya de recoger pruebas en la vivienda, que ayer ya estaba desprecintada por lo que los familiares -la anciana tenía otros tres hijos- pudieron ya acceder a la misma. Pese a la ausencia de agentes del equipo que la Guardia Civil desplazó desde Pontevedra, las inmediaciones de la vivienda -muy próxima al campo de la fiesta- volvieron a ser visitadas ayer por numerosos vecinos y curiosos, al igual que en la tarde del martes.

Una vez tomadas las huellas y realizado ya el análisis forense, se descarta la recogida tanto de más pruebas como de declaraciones de los vecinos o de los familiares de los dos fallecidos. Celia Portas y José Areán llevaban, al parecer, una vida muy discreta y apenas mantenían relación con los residentes del lugar. La mujer, de 92 años, padecía alzheimer, mientras que su hijo estaba medicándose contra la esquizofrenia que sufría. Según destacan desde Servizos Sociais de Lalín, no se tiene constancia de ningún episodio de malos tratos de José Areán hacia su madre, a la que siempre acompañaba.

Por estos motivos, la extrañeza por lo sucedido seguía reinando ayer en esta pequeña parroquia lalinense. Los conocidos de madre e hijo insistían en que ambos vivían muy "de puertas adentro" y que solían hacer salidas muy puntuales al casco urbano de Lalín. La anciana era muy conocida porque uno de sus cuatro hijos, policía ya retirado, regenta un bar en la localidad de Agruchave.

El delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, abogó ayer por mantener una postura prudente y discreta ante el crimen de la parroquia lalinense. El responsable estatal sostiene que la prudencia es el mejor apoyo que se le puede dar a la investigación abierta por las fuerzas de seguridad para esclarecer los hechos, que apuntan a un presunto parricidio de la anciana a manos de su hijo y el posterior suicidio de éste. En cualquier caso, y en consonancia con las hipótesis de la Guardia Civil, Louro indicó que las pesquisas "van por buen camino" y se mostró confiado en que "deben dar sus frutos". Incluso se mostró convencido, tras afirmar que el proceso está encarrilado, que el resultado definitivo podría conocerse "en las próximas horas".

La concejala de Servizos Sociais de Lalín, Paz Pérez, apuntó ayer que los dos fallecidos de Moneixas rechazaron recientemente las atenciones del Servizo de Axuda no Fogar (SAF) de que dispone el Concello. No era la primera vez que la familia declinaba esta atención. Hace seis años, el área de Servizos Sociais puso en marcha su prestación de asistencia a domicilio a las dos víctimas. La situación de ambos era seguida, además, por un psiquiatra, con el ánimo de controlar los efectos de las enfermedades que padecían tanto la madre como el hijo. Pero poco tiempo después la familia declinó continuar con la recepción de estos servicios, por lo que, al no haber ni demanda ni denuncia por parte de los familiares o de algún otro organismo, Servizos Sociais ya no renovó la prestación.

A este respecto, Paz Pérez recalca que su departamento y, por extensión, la administración local, "tiene el deber y la competencia para intervenir, pero es preciso que contemos con la colaboración de los vecinos y de los familiares para que en un futuro tengamos constancia de situaciones similares y así podamos mediar", recalca. La edil asegura que en Servizos Sociais se presta atención a diversas situaciones familiares que en muchos casos fueron puestas en su conocimiento por los propios afectados o bien por sus allegados, pero que en ocasiones llegan a los oídos de su departamento por vecinos, conocidos o el médico de cabecera. Pero en varias ocasiones, el día a día por el que pasan algunos ciudadanos es conocido a través del encargado de suministrarles el pan, la leche u otros productos de subsistencia. "Incluso a veces el pescadero nos alerta de situaciones familiares en las que es necesaria a actuación del Concello", reconoce la concejala.