La Audiencia Nacional inició esta semana el juicio contra la mayor y más activa organización de narcotráfico internacional detectada en los últimos años en España, dirigida por el colombiano Jorge Isaac Vélez Garzón, con conexiones en Marruecos y Portugal, y desarticulada en la operación Destello por el Greco Galicia de la Policía Nacional en 2007. Se les imputa el transporte de 8.000 kilos de cocaína en dos viajes realizados por el yate Zénith que sembraron de fardos la costa gallega a finales del 2006 tras la persecución marítima a la que les sometió el patrullero Petrel del Servicio de Vigilancia Aduanera desde las costas de Portugal a Galicia. En ambas ocasiones la droga fue arrojada al mar pero sólo pudieron recuperarse 1.800 kilos de cocaína.

Entre los cuarenta procesados figuran seis grupos gallegos que formaban parte de la extensa infraestructura para el transporte marítimo y apoyo logístico en el trasvase y descarga de la droga. Algunos pertenecen a familias históricas del negocio, como Charlines, Baúlos, Oubiñas o Viriatos, aunque también se incluyen grupos nuevos como los atribuidos al empresario de O Morrazo Alfonso Juncal o a Juan Carlos Pérez Vázquez, del Barbanza y patrón del narcoyate.

Durante su interrogatorio en la vista oral, veintidós de los acusados reconocieron su participación en el tráfico de drogas a gran escala sin vincular a los demás y admitieron los hechos tal como los relata el Ministerio Público para conseguir importantes reducciones de las penas solicitadas inicialmente por la Fiscalía, que suman 1.900 años de prisión y multas de 3.252 millones de euros.

Los jefes de los seis grupos gallegos confesaron su participación. Este es el caso de los arousanos José Benito Charlín Paz, Local, responsable del grupo encargado de suministrar combustible al Zénith en su segundo viaje y preparar y coordinar dos lanchas rápidas para llevar el alijo a tierra; y de Ramón Canto Nine y José González Falcón, cuyo grupo era el encargado de salir al encuentro del Zénith y recoger la cocaína en lanchas para llevársela a tierra al grupo valenciano de transportistas encargado del almacenamiento y la distribución.

También asumieron su vinculación en la operación el vilanovés José Luis Oubiña Ozores, El Viejo, contacto directo del capo Vélez con los gallegos que controlaban el barco Skellig Light que pensaron utilizar mientas el Zénith sufrió una reparación; Alfonso Juncal Santos, El gordito, máximo responsable del grupo encargado de suministrar combustible en alta mar al Zénith y de preparar el pesquero Gloria Brasil para que saliera de Mauritania como buque gasolinera; y Juan Carlos Pérez Vázquez, encargado de tripular el Zénith.

El acuerdo con la Fiscalía que podría optar por acusarles de un delito continuado de tráfico de drogas en vez de los tres que les imputa inicialmente, con lo que la petición de condena inicial se quedaría en un tercio, fue aceptado también por los gallegos Sergio Fontao Olveira, Neno; José Ángel Guillán, Fontanero; Alejandro Torrado Núñez, Rapaz; Néstor José Torres González; Juan Álvarez Martínez, Isaac Mantecón Alonso, Carmen Gómez sañudo, José Alberto Oubiña Ríos, José Ramón López Piñón, Juan Carlos Ojeda Landa, Amancio Tilve Fontán, Gerardo Rial Iglesias, Camilo Abal Cores, Manuel Gómez Rey, Chanfainas y Alfredo Aranda Barberá.

Jorge Isaac Vélez, conocido como El Jefe o Papá, que se enfrenta a 47 años de prisión y 114 millones de euros de multa, está considerado el mayor capo colombiano asentado en España, con quien debía contar todo el que quisiera introducir grandes alijos de cocaína en territorio nacional. Antiguo colaborador del arousano Sito Miñanco, con el que fue condenado a 15 años en 1992, se negó a ser interrogado acogiéndose a su derecho a no declarar. El cambadés Daniel Baúlo, detenido con Vélez en Sevilla, negó su participación o colaboración con la organización, pese a estar considerado con su cuñado José Benito Charlín (que asumió los hechos), cabecilla de uno de los grupos de suministro de combustible.