La hija única del matrimonio era conocida entre sus amigos por su gran pasión por la lectura. "Le encantaba leer, lo mencionaba muy a menudo" , apunta Cristina Pichel, una joven que reside en la zona.

Sonia Mouriño, de 22 años, combinaba esta afición con otras típicas en cualquier joven de su edad. Extrovertida y jovial, su formación académica había comenzado primero en Lalín y luego en Lugo, donde se especializó en Arquitectura e Interiorismo. Al rematar los estudios, Sonia Mouriño comenzó a trabajar en la inmobiliaria que había montado su padre en Santiago de Compostela, y desde la que se habían promovido varias construcciones, como una urbanización en la costa.

La joven mantenía, según sus amigos más allegados, una excelente relación con sus progenitores y, desde hacía un tiempo, tenía una relación sentimental con otro chico de la parroquia lalinense de Goiás. La violenta muerte de la joven causó una gran conmoción entre sus amistades y conocidos, que a lo largo de la tarde y noche dejaron numerosas muestras de sus condolencias en las principales redes sociales de internet.

En cuanto a Amador Vázquez era oriundo de la parroquia lalinense de Anzo, pero desde hacía más de 60 años vivía con la familia de José Mouriño, ayudándoles a cuidar el ganado. Entre los vecinos de Outeiro era conocido como Amador o das festas, y ayer muchos recordaban sus continuas idas y venidas. "Cuando se enfadaba marchaba para no volver, pero siempre regresaba junto a los Mouriño", comentaban.