La detención del joven de Marín R.C.C., de 25 años, como presunto autor de una tentativa de agresión sexual a una mujer de 62 años en el barrio de San Roque la noche del miércoles en Cangas, se prolongó otra jornada más a la espera de que la Guardia Civil concluya la investigación sobre dos casos con los que podría tener vinculación: los abusos que sufrió una septuagenaria también en Cangas y el presunto intento de rapto de una niña de 10 años de Moaña cuya familia denunció que una persona intentó llevársela en su coche la semana pasada.

El joven marinense habría confesado la autoría de ambas actuaciones a la Guardia Civil, que investiga un segundo intento de rapto de otra niña en una parada del transporte escolar en Moaña, ese mismo día, aunque este último caso no fue denunciado.

La menor cuya familia denunció el caso habría reconocido ayer a R.C.C. como la persona que se dirigió a ella para que subiera a su vehículo.

Mientras tanto, la mujer de 62 años que sufrió la agresión el miércoles, sobre las 21.00 horas, en el portal de su casa, en el Camiño Vello de San Roque, se recuperaba ayer del susto, pero rechazó hacer declaraciones. Su marido, que estaba en la vivienda, en el primer piso, le abrió el portal a través del telefonillo y a los pocos segundos ya escuchó sus gritos. El agresor estaba dentro. Salió en su auxilio con otros vecinos que persiguieron al joven y lo retuvieron hasta que llegó la Guardia Civil. Ella sangraba por la uña de una mano con la que hizo frente al joven, que la agarró por el cuello y trató de realizarle tocamientos.

Por lo que respecta a la denuncia de la niña de Moaña, los hechos ocurrieron el jueves de la semana pasada. La menor, de 10 años, había bajado del transporte escolar en la parada de Meira y el joven se acercó a ella con su coche y le dijo que subiera, que le había encargado su padre recogerla. La niña se mostró reacia y le dijo que prefería ir andando. Él insistió en que su padre le iba a matar por no llevarla y ella se fue hasta un bar desde donde llamó a sus progenitores para que fueran a recogerla. Todo quedó en un susto, pero la familia denunció los hechos en el cuartel.

Mientras, en Cangas, la Guardia Civil buscaba al autor de la agresión que se había producido el día 28 de enero en Darbo. Esta vez la mujer atacada tenía 72 años. Denunció que había sido agredida por una persona que vestía de negro y que se tapaba la cara con un pasamontañas. Declaró que su agresor le había subido la falda y bajado la faja y mantuvo con él un forcejeo. La llegada de unos vecinos hizo huir al atacante.