Un marinero de Cambados, de 43 años y largamente investigado por las fuerzas antidroga, resultó herido de gravedad tras sufrir un tiroteo a primera hora de la mañana de ayer a escasos 200 metros de su vivienda. La víctima, Adolfo Chantada Argibay, recibió tres impactos de bala, en la pelvis, en un brazo y en el abdomen. Éste último es el más grave, ya que le afectó al hígado y le causó una gravísima hemorragia que a punto estuvo de costarle la vida.

El herido salió de su casa a primeras horas de la mañana y poco después apareció abandonado en el área de Urgencias del Hospital do Salnés, hasta donde le habrían trasladado dos compañeros de pesca con los que había quedado que, preocupados por su tardanza, acudieron hasta su casa. Lo encontraron malherido en el alpendre, sentado junto a su coche, y lo llevaron al centro sanitario de donde se marcharon sin identificarse. Según las primeras investigaciones no tendrían relación alguna con el tiroteo.

El arousano fue evacuado en ambulancia al Hospital Clínico de Santiago, donde se encuentra ingresado en la UCI. Su madre, Julia Ernestina Argibay Fernández, explica que tuvo que ser operado de urgencia y que fue sedado. Asegura que su vida ya no corre peligro.

La Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones, y la principal línea de trabajo que maneja es que la agresión esté relacionada con un ajuste de cuentas por narcotráfico, sin descartar otras hipótesis. Una posibilidad que descartan tanto la madre como la compañera sentimental del herido.

Adolfo Chantada Argibay ha sido investigado por los distintos cuerpos de la lucha contra la droga en varias ocasiones, y en 2003 fue detenido en la costa de Almería junto a otro ciudadano español y tres marroquíes a bordo de una embarcación semirrígida que transportaba 1.000 kilos de hachís. Pasó un tiempo en la cárcel en Andalucía, y posteriormente logró que le trasladasen al penal de A Lama. La Guardia Civil tiene ante sí un complejo rompecabezas ante la aparente falta de testigos, pues en principio parece que nadie vio nada.

Julia Argibay afirmó ayer que Adolfo Chantada estuvo hablando con una de sus dos hijas sobre las 9 de la mañana, y que posteriormente se dirigió al galpón en el que tenía aparcado su coche, un Mercedes de segunda mano que según ella compró hace poco por solo 1.000 euros. El garaje se encuentra a unos 200 metros de distancia del domicilio, en una pista secundaria escasamente transitada y sin viviendas en su entorno.

Todo apunta a que Chantada fue atacado cuando iba a coger el coche, porque le dejaron en Urgencias del Hospital do Salnés sobre las 10 de la mañana, y cuando la Guardia Civil llegó al lugar donde se había producido el tiroteo encontró el vehículo en la entrada del galpón, y con la parte frontal invadiendo ligeramente la pista, lo que hace suponer que le dispararon cuando se disponía a ponerse en marcha.

Tal vez su declaración permita esclarecer lo ocurrido, si bien de momento no será posible dada la gravedad de su estado. Cuando fue atendido en el Hospital do Salnés, sobre la silla de ruedas en que lo abandonaron, estaba consciente pero en situación límite y tuvieron que realizarle numerosas transfusiones. "Si llega diez minutos más tarde, no hubiéramos podido salvarrle", aseguraban fuentes del centro.

La familia rechaza que se trate de un ajuste de cuentas o de un crimen pasional. "Anda a la mar que es su pasión, no a otras cosas", afirmó su madre. Adolfo estuvo casado con una hermana de Ramiro Vázquez Roma, el presunto narco que quedó en libertad este mes a la espera de juicio, y en la actualidad su compañera sentimental es Áurea Coelho, que ayer se encontraba en la casa pero "no escuchó" nada".