Dos hermanos lideraban desde Vigo la mayor organización de tráfico ilícito de vehículos desarticulada en la provincia de Pontevedra por la Policía Nacional. Se trata de dos viejos conocidos de las fuerzas de seguridad, Juan Carlos y Ricardo G.G., nacidos en la localidad alemana de Hanau pero asentados en A Rabadeira, Candeán, desde hace más de veinte años. A los siete detenidos en la denominada operación Monte se les imputan, además de los robos de más de 300 vehículos en los últimos seis años, delitos de receptación, falsificación documental y tráfico de drogas. También se les vincula a robos con fuerza por el método del alunizaje y a desguaces ilegales de automóviles para la venta de piezas robadas.

La red funcionaba desde el año 2005, según los investigadores, que calculan que pudieron robar entre 50 y 70 vehículos cada año. En los registros domiciliarios practicados, tres en Vigo y uno en Porriño, se han intervenido 9 vehículos, 29 motores, otras tantas cajas de cambios, abundante material informático, 145 teléfonos móviles, 25.000 euros, 450 gramos de marihuana, 730 gramos de hachís y diversos efectos, algunos de ellos procedentes de robos con fuerza.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo, que coordina la investigación, envió ayer a prisión provisional sin posibilidad de fianza al último de los siete detenidos, Gerardo G.G., imputado por robo, receptación de material robado y falsificación, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

La Policía vincula a la organización, "perfectamente jerarquizada", con desguaces ilegales de vehículos en los que se comercializaba parte del material ilegal. Además, se sospecha que realizaban robos "a la carta" por encargo. Lo que quedaba de los vehículos, una vez desvalijados, se quemaba en distintos montes próximos a Vigo. En concreto, Juan Carlos y Gerardo G.G. están considerados verdaderos especialistas en el robo de vehículos Volkswagen Golf, aunque en los últimos tiempos también se lea atribuyen robos de todoterrenos.

El barrio de Candeán acogió a los hermanos Juan Carlos y Ricardo G.G. desde que regresaron de Alemania. Con 20 años se iniciaron en el negocio del robo de coches. Juan Carlos, considerado violento por las fuerzas de seguridad, no dudó en apuñalar con un destornillador a un agente de la Nacional para huir cuando en 1994 desmantelaron su taller clandestino en Rabadeira. Meses después, huyó por un patio de su vivienda que da a un monte, de ahí el nombre de la operación que ha permitido desarticular la red.