Cientos de personas despidieron ayer en San Xurxo (Salceda de Caselas), entre llantos y abrazos, a los jóvenes Roberto Fernández Pérez, de 22 años, y Rafael Rodríguez Vaqueiro, de 23, los dos amigos fallecidos la madrugada del pasado viernes en Mos (Pontevedra) al precipitarse su coche por un terraplén de más de quince metros. "¿Dios existe?", le preguntó uno de los amigos de las víctimas a un sacerdote a la entrada del templo. "Seguro que hoy está llorando con nosotros", le respondió el párroco.

Un silencio absoluto de toda la multitud, concentrada ante la iglesia parroquial, precedió la llegada de los dos féretros y de los familiares más cercanos a las víctimas. Solo se escucharon las notas de la Banda de Música de Salceda, a la que había pertenecido Rafa, que los recibió con una marcha fúnebre, rindiéndoles así un emotivo homenaje. La tristeza fue palpable en la iglesia cuando varios amigos de los fallecidos colocaron los ataúdes, uno junto al otro. Un directivo del Caselas F.C. cubrió el féretro de Roberto con una camiseta del equipo en la que figura el número 21, con el que había jugado tantas veces.