Aprovecharon el fruto de un primer hurto en la calle para cometer un segundo robo en la vivienda de los afectados. Esto es lo que creen las víctimas de un robo en Pontevedra y que se teme que no pueda ser el único de estas características a tenor de la reacción de los policías que participaron en el operativo. Ocurrió días atrás, cuando una mujer tomaba algo con su familia en una terraza. Una menor se acercó y colocó en la mesa una tarjeta en la que pedía ayuda. Dos adultos estaban por la zona. La mujer le dio una ayuda y continuó disfrutando del aperitivo. Poco después comprobó que le había desaparecido el bolso y avisó a la Policía. Al contar el modus operandi, los agentes le preguntaron la dirección de su casa y una patrulla fue allí: los ladrones ya habían entrado y robado dinero y joyas. Apenas pasó una hora entre el robo del bolso y el del piso.