Manuel Prado, considerado cabecilla de la organización a la que se intervino el mayor laboratorio de cocaína de Galicia, desmantelado el pasado verano en Cambados, y su hijo Sergio están ya en libertad tras depositar una fianza de 12.000 euros, si bien como medida cautelar tendrán que comparecer semanalmente en el juzgado.

La juez de Instrucción 3 de Vilagarcía -sin oposición de la Fiscalía Antidroga que hasta entonces se opuso a la excarcelación dada la gravedad del delito, el riesgo de fuga, la posible obstrucción de la causa y el elevado nivel económico que se les atribuía- rebajó sensiblemente la fianza inicial de 60.000 euros fijada para cada uno tras la presentación del último recurso de la defensa.

Ocho meses después de la denominada operación Medusa, en la que se practicaron 8 arrestos y se intervinieron 10 kilos de cocaína además de desmantelar un laboratorio de drogas, solo permanece en prisión provisional uno de los supuestos correos, un vilanovés con problemas de alcoholemia al que sorprendieron con un kilo de cocaína en un control en Cádiz y que no puede hacer frente a los 30.000 euros de fianza fijados en su día (la mitad que a sus supuestos jefes) y que el juzgado no ha rebajado.

La reducción de la fianza de Manuel Prado y su hijo obedece, según un auto dictado el pasado 10 de abril, a que el piso aportado como fianza hipotecaria por Sergio Prado, del que es propietario a partes iguales con su hermana, fue tasado en 124.414 euros y no se consideró aval suficiente para cubrir las fianzas de 60.000 euros de padre e hijo.

El fiscal no se opone porque "si bien el tiempo trancurrido desde que se acordó la prisión provisional no es significativo en relación con la gravedad de las penas que lleva aparejado el ilícito penal que se imputa (prisión de hasta 9 años), se han practicado una serie de diligencias que han permitido avanzar en la instrucción de forma significativa minorando el riesgo de fuga y la obstrucción a la acción de la justicia".

Desde Colombia

El grupo atribuido a Manuel Prado importaba directamente la droga desde Colombia. Una vez en el laboratorio cambadés era cortada, envasada al vacío y marcada con los propios sellos de la organización, diferentes en cada caso a tenor de su pureza, según la Guardia Civil. Posteriormente se distribuía a cualquier punto del territorio nacional mediante coches con zulos artesanales.

En un garaje próximo al lujoso chalé de la familia de Manuel Prado en la localidad arousana de Corbillón y del bar que regentan, los agentes localizaron el laboratorio e intervinieron una prensa hidráulica de 30 toneladas, máquinas de envasar al vacío, cocaína empaquetada y sellos de madera para marcarla con sus propios sus logotipos.

A lo largo de los meses anteriores habían caído cuatro correos, pero la organización decidió seguir traficando, e incluso Manuel Prado fue objeto de seguimiento policial durante algunos viajes al sur de España, supuestamente para controlar las transacciones.