La Audiencia Provincial de Murcia condenó al dueño de un bar a pagar 6.000 euros a un cliente que resultó lesionado al romperse una silla, porque las patas de éstas deben tener la suficiente resistencia "para aguantar el peso de cualquier persona".

La sentencia indica que un juzgado de Primera Instancia de Totana desestimó la demanda que presentó el accidentado y exoneró de toda culpa al establecimiento, resolución que fue apelada por el herido ante la Audiencia Provincial. La resolución asegura que "la caída se produjo porque la silla fue incapaz de sostener al demandante".