Los abogados de Laureano Oubiña están muy molestos con la actitud de las administraciones penitenciaria y judicial hacia su cliente. Con la libertad condicional suspendida tras el hallazgo de un móvil en su celda, y con dos juicios por blanqueo de dinero señalados para las semanas inmediatamente anteriores a su salida de prisión, los letrados tienen la sospecha de que existe un cierto interés por convertir al narcotraficante arousano en una especie de chivo expiatorio.

El madrileño Joaquín Ruiz Giménez será el encargado de defender a Oubiña en los dos juicios en la Audiencia Nacional entre el 2 y el 6 de julio y entre el 16 y el 20 de ese mismo mes. En ellos intentará convencer al tribunal de que Oubiña no pudo blanquear dinero con el narcotráfico porque no lo ganó. "Se puede comprobar que solo fue condenado por tres operaciones de hachís, y que en los tres casos se trató de alijos desbaratados por las fuerzas de seguridad, con lo cual no pudo lucrarse con esas operaciones".

El abogado ve "una acusación tendenciosa y sin fundamento alguno, que solo tiene por finalidad que Oubiña no salga nunca de la cárcel y convertirle así en un chivo expiatorio". En uno de los juicios señalados para julio, el fiscal intentará demostrar que el narco gallego y varios de sus familiares utilizaron grandes cantidades de dinero de la droga para construir la mansión de A Laxe (Vilagarcía).

El otro abogado que trabaja para Oubiña es Enrique Trebolle. Es él quien asiste al arousano en su proceso de licenciamiento, y quien solicitó su libertad condicional. Al igual que su compañero Ruíz Giménez observa con recelos el trato de Instituciones Penitenciarias hacia su cliente. "Sería absolutamente improcedente que tomen medidas cautelares por unas causas que empezaron a instruirse en 2002 y que pudieron juzgarse mucho antes".