El cruel asesinato por encargo de la empresaria gallega Sesita Vecoña, muerta de dos tiros en uno de sus hoteles de Caracas en noviembre de 2008, sigue sin llegar a juicio, y eso que el caso está resuelto policialmente desde que tres meses después del crimen la Policía de Venezuela arrestó a su hijo Elisardo Alonso como inductor del homicidio, a los dos sicarios que lo cometieron y que iban a cobrar 10.000 euros a plazos y al taxista que actuó como intermediario.

El drama familiar continúa. Los tribunales venezolanos han prorrogado la prisión provisional a Elisardo Alonso durante dos años más para evitar su excarcelación antes del juicio, y también la protección especial otorgada a su hermano José, que era quien debía recibir un "susto", según la declaración inicial de Elisardo. Los sicarios no lo encontraron en la habitación que les habían señalado para perpetrar el crimen. Allí dormía su madre, que fue ejecutada al sentarse en la cama.

La corte de apelaciones del área metropolitana de Caracas ha desestimado los numerosos recursos de Elisardo Alonso, tanto para solicitar su libertad, como para recusar a la juez que instruye la causa. En el primer caso, los jueces destacan la gravedad de la acusación: un delito de sicariato que conlleva penas entre los 25 y los 30 años de prisión, con la agravante de que quien resultó muerta es su madre.

En cuanto a la recusación de la juez y las dilaciones indebidas que esgrime su defensa, la corte de apelaciones expone que las numerosas demoras de la causa obedecen directamente a la estrategia del imputado. Así, se ha demostrado que en 17 ocasiones Elisardo Alonso se negó a ser trasladado del penal de los Teques para prestar declaración judicial. En varias ocasiones no respondió a la llamada por megafonía, otra vez se negó a subirse al autobús y hasta en once acusaciones ha cambiado de abogado.

La magistrada recuerda que "debido a tácticas procesales dilatorias abusivas, producto del mal proceder de los imputados o sus defensores, el proceso penal puede durar más de dos años sin sentencia firme condenatoria, y en estos casos una interpretación legalista de la norma no puede llegar a favorecer a aquel que trata de desvirtuar la razón de la ley, obteniendo de mala fe un resultado indebido. La torpeza en el actuar, dilatando el proceso, no puede favorecer a quien así actúa".

Elisardo Alonso era el hijo favorito de su madre, por eso Sesita Vecoña, de 62 años, natural de Beariz (Ourense) regresó a Venezuela para ayudarle pues no le iban bien las cosas. Al final, la empresaria, su marido y su hijo José presentaron contra Elisardo y su mujer, María Estela González, una denuncia por fraude y falsificación pues acabó echándoles de los tres hoteles de la familia en Caracas falsificando su firma. Se sospecha que también quería eliminar a su hermano para quedarse como heredero único.