Baltasar Garzón, apartado de la magistratura por los pinchazos telefónicos irregulares que ordenó durante la instrucción del caso Gürtel, ve como la justicia anula de nuevo unas escuchas autorizadas por él. El narcotraficante arousano Laureano Oubiña salió absuelto del primero de los dos juicios que sigue contra él la Audiencia Nacional por presunto blanqueo de capitales, y su absolución se fundamenta en la anulación de los pinchazos telefónicos autorizados desde 2002 por Baltasar Garzón.

Unos pinchazos que los magistrados de la Audiencia Nacional consideran infundados y hasta ilegítimos, al tiempo que se censura la falta de control judicial sobre los mismos. Además, sostienen en su sentencia que la instrucción de Garzón incurrió en "tres crasos defectos insubsanables". Así, los magistrados Teresa Palacios, Carmen Paloma González y Juan Francisco Martel reprochan a Garzón que autorizase las escuchas pese a que la policía carecía de datos sólidos de que Oubiña estaba blanqueando; que "no parece debidamente razonada" la decisión de incoar las diligencias previas que derivaron en este juicio; y que no existió control judicial sobre las intervenciones.

Mientras, la Fundación Galega contra o Narcotráfico lamentó ayer la absolución del capo cambadés, al tiempo que solicitó una legislación más clara y definida sobre las intervenciones telefónicas, pues al cabo del año son muchos los juicios que quedan en nada por la anulación de los pinchazos.

La Fiscalía Anticorrupción de la Audiencia Nacional, por su parte, se negó ayer a desvelar si recurrirá o no la sentencia que absuelve a Oubiña y a su novia, Tiziana Cardarelli. Los magistrados que acaban de juzgar a Oubiña vieron que no se llevó a cabo la obligatoria audición judicial de las cintas o que no se hizo el cotejo del contenido de las grabaciones con las transcripciones realizadas por la policía.