El principal reto que se plantea ahora es intentar identificar si los restos óseos de los dos niños localizados en Las Quemadillas corresponden a los pequeños Ruth y José. Y la investigación recaerá en el equipo del profesor de la Universidade de Santiago Ángel Carracedo. El gran investigador gallego de genómica forense y su equipo del Instituto de Ciencias Forenses cuentan con un elevado prestigio internacional que les llevó a participar en casos tan relevantes como el 11-S, el 11-M o el crimen de las niñas de Alcasser.

"Si hay restos de ADN los encontrarán", aseveran fuentes próximas al caso. Y es que la última tecnología aplicada por este laboratorio, denominada snip typing, permite identificaciones con pequeñas partículas de material genético. No es la primera vez que tendrán que trabajar con partículas sometidas a condiciones extremas. Tras la identificación de los cuerpos del World Trader Center tras los atentados del 11-S, Carracedo explicó que había mucho material genético, pero en mal estado a consecuencia de las altas temperaturas causadas por la combustión del queroseno de los aviones. Aunque el ADN se desintegró en trozos, "siempre quedan pequeñas muestras analizables", y esas fueron las que utilizaron.

El profesor suele explicar que "tres o cuatro células bastan" para una identificación. Ahora habrá que esperar a que les remitan los restos hallados en Las Quemadillas, entre las que se encuentran varias piezas dentales, en cuyo interior podría hallarse algo de ADN pese a que habrían estado sometidos a una cremación de hasta 800 grados, según los prestigiosos antropólogos y paleontólogos Francisco Etxeberría y Bermúdez de Castro, cuyos informes dieron esta semana un vuelco al caso.