Golpe al independentismo radical gallego en Vigo. Al menos tres personas fueron detenidas ayer en esta ciudad como presuntos integrantes de Resistencia Galega en una operación conjunta antiterrorista de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, dirigida por la Audiencia Nacional. Las identidades de los arrestados -uno trasladado a dependencias de la Benemérita y otro a la comisaría viguesa- no han trascendido, ya que el dispositivo seguía abierto anoche a la espera de nuevos arrestos y se decretó secreto de sumario. El estacionamiento del pazo próximo al parque de Castrelos quedó precintado y los usuarios del parque y los invitados a una boda tuvieron que dejar allí sus vehículos toda la noche ya que se les prohibió retirarlos. Todos los coches fueron analizados uno a uno por expertos en explosivos, que prestaron especial atención a los bajos, por si se había colocado alguna bomba.

Una veintena de agentes antiterroristas llegados de Madrid, todos ellos de paisano y en vehículos camuflados, tomaron a media tarde el parque de Castrelos, especialmente la zona próxima al pazo y su aparcamiento. Poco antes de las siete de la tarde un joven estacionó un vehículo C-4, de color negro metalizado y, nada más bajarse, media docena de agentes se le echaron encima.

Ante familias de paseo

"Lo redujeron, le tiraron al suelo, lo esposaron con las manos a la espalda y le pusieron una capucha", explicaban algunos de los numerosos testigos. Y es que aquella hora eran muchas las familias que paseaban por la zona.

Enseguida se estableció un perímetro de seguridad ante la posibilidad de que se hubiese colocado una bomba, o bien que hubiera algún tipo de explosivo en el coche del detenido. Los accesos a Castrelos fueron cerrados por la Policía Local, en labores de apoyo al operativo antiterrorista. Ningún vehículo podía acceder a la zona, ni tampoco salir, aunque sí se permitía el paso de peatones.

Durante más de cuatro horas expertos policiales examinaron meticulosamente el coche del supuesto independentista. Con monos blancos, mascarilla y guantes, recogían huellas, ADN y distintos elementos tanto en su interior como en el maletero que eran envueltos cuidadosamente y serán analizados en los laboratorios centrales.

"¿Hay bomba o no?", preguntaban los vecinos de la zona que seguían los movimientos policiales desde las terrazas de sus viviendas, muy próximas al pazo de Castrelos. Pese a la presencia en el lugar de un equipo del Tedax, las fuerzas de seguridad guardaron ayer total mutismo sobre si, como sospechaban los vecinos, se había encontrado algún tipo de material explosivo.

Los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil continuaban anoche recogiendo pruebas en el aparcamiento de Castrelos y no se descartaba mantener el cordón de vigilancia policial durante la noche.