La ciudad y el estado de Nueva York anunciaron ayer medidas drásticas para minimizar el posible impacto del huracán Sandy, que incluyen la evacuación de unos 375.000 habitantes de la Gran Manzana y el cierre de las escuelas y del transporte metropolitano. Tras la experiencia del huracán Irene de agosto del año pasado, que dejó inundadas y sin electricidad varias zonas del estado y la ciudad, las autoridades no quieren correr riesgos y han anunciado una serie de medidas para la zona metropolitana, con un total de 19 millones de habitantes.

La ciudad de Nueva York decretó la evacuación de algunas zonas bajas de la ciudad, con unos 375.000 habitantes, y el cierre de las escuelas hoy, lunes. Las personas que no salgan de esas zonas "no solo ponen en riesgo su vida, sino que ponen en peligro a los miembros de los servicios de rescate", afirmó el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, en una rueda de prensa en la que anunció las medidas. Bloomberg añadió que aquellos que rehúsen abandonar la zona no serán arrestados, pero serán unos "egoístas".

La evacuación, prevista anoche, afecta a la denominada "zona A", que incluye las partes bajas de la ciudad más expuestas a las inundaciones que podrían producirse debido a las fuertes lluvias que se esperan a causa del huracán. La llegada de Sandy coincidirá hoy con la marea más alta con motivo de la luna llena.

Cuatro de los cinco barrios de Nueva York están en islas y el quinto (Bronx) tiene una amplia zona rodeada de ríos, por lo que amplias partes de la ciudad corren el riesgo de sufrir inundaciones.

Las áreas evacuadas incluyen la zona sur de Manhattan, algunas partes de la costa de Brooklyn, Queens y Bronx y casi toda la costa de Staten Island.

La ciudad ha preparado una red de 72 albergues, con personal y suministros adecuados, para acoger a las personas que tengan que dejar temporalmente sus hogares y a sus animales domésticos. Poco antes, el gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, anunció el cierre progresivo del transporte público de la Gran Manzana y sus alrededores desde anoche.

Cuomo ha movilizado a 1.175 militares de la Guardia Nacional de Nueva York para que puedan participar en tareas de emergencia, si es necesario. Los aeropuertos de la zona de Nueva York (Laguardia y J.F. Kennedy, en la ciudad, y Newark, en la vecina Nueva Jersey) permanecerán abiertos, pero cientos de vuelos fueron cancelados ayer y se espera que muchos más lo sean hoy.

El presidente boliviano, Evo Morales, que tenía previsto participar hoy en la ONU, suspendido su viaje, informaron fuentes diplomáticas.

En la ciudad de Washington ya empezó a escasear el agua embotellada y las baterías en algunos supermercados, mientras la población se prepara para una tormenta que ya obligó también a cerrar los colegios durante hoy y podría afectar a oficinas o sedes de gobierno.

Las estimaciones de simulación por ordenador adelantan que el ojo del huracán, que tocará tierra con categoría 1, pasará a últimas horas del lunes entre las costas de Delaware y el sur de Nueva Jersey, continuará al norte de la ciudad de Baltimore (Maryland) y se dirigirá al estado de Pensilvania.