María Teresa Alonso, fallecida el jueves tras resultar herida grave en la fiesta de Halloween del Madrid Arena, fue auxiliada inicialmente por un vigilante de seguridad que le practicó maniobras de reanimación, a las que posteriormente se unieron dos policías municipales, que lo ayudaron hasta que llegó el Samur. Así se recoge en el sumario del caso de la tragedia, en la que también murieron otras cuatro jóvenes, que incluye un informe de la Policía Municipal, fechado el mismo día del suceso, con la declaración de dos agentes municipales que trabajaron en las cercanías del Madrid Arena la noche del suceso.

Los policías estaban en la puerta de acceso a la zona del recinto "con motivo del control de acceso de personas, así como de evitar la venta ambulante debido a un concierto que se estaba celebrando en el referido lugar", según consta en el informe. Sobre las cuatro de la madrugada recibieron un aviso para que fuesen a la entrada del pabellón "ya que al parecer se encontraba una persona con serios problemas respiratorios y se dirigía el Samur al lugar". Al llegar, vieron en el suelo a una joven a la que "un vigilante de seguridad" estaba realizando maniobras de reanimación, con el que colaboraron hasta que llegaron los servicios de emergencia.

El Samur practicó maniobras de reanimación a la víctima entre las 04.05 y las 04.25 horas, cuando se procedió a su traslado a la Fundación Jiménez Díaz en estado crítico. Los agentes recabaron el testimonio de una amiga de la joven herida, que contó que se había producido una avalancha que había "arrastrado" a Teresa, que cayó al suelo y quedó "atrapada debajo de numerosas personas", tras lo que quedó inconsciente y fue trasladada al exterior por varias personas.

Los agentes acudieron posteriormente al hospital para interesarse por el estado de la joven, confirmando que se encontraba en estado crítico. María Teresa Alonso falleció en el hospital como consecuencia de las lesiones que sufrió y se prevé que hoy sea enterrada en la localidad madrileña de Bustarviejo. Su muerte es la quinta y última de un suceso que conmocionó a toda España.

Las investigaciones para conocer por qué se produjo la avalancha avanzaron ayer con la declaración de varios jóvenes que acudieron a la fiesta y que aseguran que los controladores del interior del recinto no les permitieron salir a pesar del peligro que suponía el agolpamiento de cientos de ellos en determinadas zonas, por lo que algunos decidieron no hacerles caso para poder escapar. Hasta una hora y media tardaron en salir varios de los asistentes a la fiesta de Halloween de la avalancha que se produjo en un vomitorio y que finalmente causó la muerte de cinco jóvenes, según consta en el sumario del caso.

"La avalancha de gente te llevaba de un lado a otro, no podías moverte por tu propia voluntad, sino que era la gente la que te movía de un lado a otro con golpes, sin que pudieras evitarlo", relató una joven que, junto con otros amigos, intentó llegar hasta una puerta con el cartel de salida en verde e iluminado, que se encontraba cerrada. Esta acusación pondría en entredicho la labor del equipo de seguridad contratado para la macrofiesta de Halloween.