Dos jóvenes sufrieron lesiones de carácter leve y optaron por desplazarse a un centro médico por sus propios medios después de verse implicados en un espectacular accidente de circulación, ocurrido ayer al mediodía en el centro de la ciudad de Ourense. Una salida de vía de un automóvil BMW en el que viajaban cuatro ocupantes resultó, sobre todo, aparatoso pero no conllevó consecuencias personales de consideración.

El siniestro está vinculado, presumiblemente, con el consumo excesivo de alcohol al volante. A.F.R., un ourensano de 26 años, dio 0,68 en la prueba de alcoholemia que los agentes de Policía Local le efectuaron después de que empotrara su vehículo, tras una caída desde unos cinco metros de alturas, en el recinto de la degradada capilla de Os Remedios, un iglesia instalada en situación de ruina desde que en julio de 2010 sufrió un incendio. El turismo quedó incrustado en el suelo en una posición prácticamente vertical. Decenas de personas contemplaron estupefactas la escena.

El conductor declaró haberse quedado dormido al volante, según indicaron después fuentes del cuerpo local. Circulaba con otros tres jóvenes en dirección al barrio de O Couto. Al tomar la curva el vehículo continuó la trazada, derribó la barandilla de protección del recinto tras montar la acera y se precipitó por un desnivel de unos cinco metros hacia el terreno inferior en el que se enclava el templo.

La tasa de alcohol que llevaba el conductor superaba el umbral que separa una mera infracción administrativa de lo que ya se considera delito contra la seguridad del tráfico, según establece el Código Penal.