La Audiencia Nacional ha excarcelado a Josefa Charlín Pomares, hija del patriarca del clan de los Charlines, al considerar liquidada su condena tras cumplir 11 de los 32 años que se le habían impuesto por tráfico de drogas y blanqueo de capitales. La hija mayor y lugarteniente de Manuel Charlín Gama -cogió las riendas de los negocios familiares cuando su padre entró en prisión- abandonó el martes el centro penitenciario de Mansilla de las Mulas (León).

Josefa Charlín fue condenada en 2003 a 15 años de cárcel con varios miembros de su familia por blanqueo de capitales y delitos contra Hacienda. En 2004 le impusieron otros 17 años por un alijo de cocaína que llegó en barco desde Colombia a las costas gallegas en 2003. Su entrada en prisión se produjo en 2001, cuando fue detenida en Portugal y extraditada a España tras pasar siete años fugada de la Justicia.

Lo que ya no se pudo probar fue que Josefa y su padre estuvieran detrás del asesinato del arrepentido Manuel Baúlo en Cambados en 1994. Tres sicarios colombianos fueron juzgados y condenados por aquel crimen y por dejar tetrapléjica a la mujer de la víctima mortal, Carmen Carballo. Una de las jornadas del juicio celebrado contra Josefa Charlín en la Audiencia Nacional se trasladó a los juzgados de Cambados para facilitar la declaración de Carmen Carballo. Su marido, que había sido socio durante muchos años de los Charlines, fue asesinado tras delatarlos, y ella ratificó la declaración del muerto. Apuntó a Josefa y su padre como quienes contrataron a los sicarios, pero la Fiscalía tuvo que desistir al no hallar prueba alguna.

Tras cinco años de pelea jurídica, la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional acaba de dar la razón a Bárbara Arroyo, abogada de Josefa Charlín, en la revisión de condenas que solicitaba y ha aplicado el máximo actual de 20 años de cumplimiento de prisión con los beneficios de redenciones que fijaba el anterior Código Penal.

La narcotraficante arousana fue condenada con arreglo al Código Penal de 1973, que establecía el cumplimiento máximo de 30 años de prisión pero también descuentos de condena a cambio de diversos trabajos en el centro penitenciario. El Código Penal de 1995 fija el cumplimiento máximo de 20 años, pero sin redenciones. La Audiencia Nacional aplica ahora a Josefa Charlín los beneficios de ambas legislaciones.

La primogénita del clan Charlín ha regresado a Vilanova de Arousa, pero aunque ha recuperado su libertad todavía tiene pendiente una causa por blanqueo de capitales, en la que fue imputada junto a su padres, varios de sus hermanos y su hija Noemí Outón, que en 2007 fue condenada a 8 años de prisión por blanqueo.

La denominada operación Repesca fue la última redada contra el clan Charlín. Se desarrolló en julio de 2010, apenas unos días antes de que el octogenario patriarca abandonara la prisión tras cumplir 20 años de condena. La investigación había arrancado dos años atrás, tras constatarse las ingentes cantidades de dinero que seguía moviendo la familia. Doce personas fueron detenidas y se intervinieron bienes e inmuebles por valor de 15 millones de euros.

Entre los imputados figuraban el propio Manuel Charlín Gama, que habría dado órdenes desde la cárcel y que tras liquidar su condena abonó 30.000 euros de fianza para eludir la prisión provisional y su hija Josefa, también en prisión. Por eso no fueron detenidos, aunque si declararon. Los que si llegaron arrestados al juzgado de Vilagarcía fueron Manuel, Melchor, Óscar y Teresa Charlín Pomares, y varias nietas del patriarca. La imputación se extendía a la mujer de éste, Josefa Pomares, que ya había sido condenada por blanqueo y que falleció hace unos meses.

La operación Repesca es la segunda causa de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico del clan de los Charlines. En la primera se decomisaron bienes por 30 millones de euros y una parte fueron subastados por la Agencia Tributaria, caso del Pazo de Vista Real en Vilanova de Arousa.