Un bebé de siete meses de Pontevedra tuvo que recibir asistencia por una ligera intoxicación por monóxido de carbono como consecuencia de la mala combustión de una estufa. El pequeño pudo recibir el alta unas horas después, junto a sus dos hermanos de seis y nueve años, que también fueron atendidos al presentar síntomas leves.