Dos mujeres, tía y sobrina y de 87 y 61 años, permanecen ingresadas tras sufrir el domingo por la noche en Ames (limítrofe a Santiago) la agresión de un hombre encapuchado, que las roció con líquido inflamable y les prendió fuego en plena vía pública. Las víctimas se encuentran con pronóstico grave y respiración asistida en la Unidad de Quemados del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña.

La Guardia Civil inició una investigación para localizar al agresor y ha rechazado aventurar oficialmente cualquier hipótesis concreta. Según informaba Europa Press, una de las vías que se baraja es que se trate de un supuesto caso de violencia de género, aunque también se investigan otras, como que la agresión haya podido ser obra de una persona desequilibrada.

La sexagenaria había denunciado a su expareja, que tiene una orden de alejamiento de ella. Fuentes municipales señalaron que no tienen constancia de que ninguna de las heridas hubiese requerido algún tipo de ayuda en materia de servicios sociales.

La agresión tuvo lugar poco antes de las diez de la noche del domingo en la avenida da Mahía, una calle céntrica de la localidad de Bertamiráns, en el municipio de Ames, cuando las mujeres fueron asaltadas por un hombre encapuchado, según declaró una de ellas a la persona que la auxiliaba.

La mujer le dijo que no le había visto la cara por llevarla cubierta por un pasamontañas, que las cogió por sorpresa, las roció con un líquido y les prendió fuego.

El vecino, Pablo Miranda, contó que estaba en su coche parado en un semáforo de la citada avenida cuando observó una bola de fuego. Al abrirse el semáforo y colocarse a su altura, el joven explicó que en un primer momento vio una persona que se movía envuelta en llamas, y pensó que se trataba de una niña al estar la mujer arrodillada.

"Estando en el semáforo vi fuego pero no sabía lo que era en un principio. Pensé que era una niña pequeña ardiendo, porque la señora estaba a gatas", comentó. "Me acerqué a ellas e intenté apagar el fuego, pero no fui capaz. Crucé la carretera y fui a pedir ayuda a la pizzería. Con la ayuda de la gente extinguimos el fuego y llamamos a la Policía Local, a la Guardia Civil y al 061", dijo.

Otro testigo que no quiso identificarse explicó que el agresor esperó a que sus víctimas saliesen del garaje del edificio para agredirlas.

Tras este suceso, un centenar de vecinos de Bertamiráns protagonizaron anoche una concentración silenciosa en protesta por el ataque sufrido por las mujeres. Al acto de repulsa acudió el alcalde, Santiago Amor (PP), y en el mismo los asistentes condenaron la "brutal agresión".