El vigués Jacobo Rodríguez afronta hoy el Día del Padre más triste de su vida. No sabe nada de sus dos hijos, de 5 y 2 años, desde que hace trece días su expareja se los llevó a Japón -su país de origen- sin su permiso, en pleno proceso de separación y con la vista de las medidas cautelares fijada para el 16 de abril en el juzgado. Ha denunciado a su expareja por el secuestro de los menores y confía en que la juez dicte una orden internacional de búsqueda y captura, o al menos de localización de los niños para que estos no desaparezcan. "Yo pretendía la custodia compartida, pero ella lo preparó todo para marcharse antes de que el juez adoptase siquiera las medidas cautelares", apunta.

El lunes 11 de marzo, Jacobo debía recoger a los niños que pasaban una semana con su madre y otra con él desde que se separaron, pero no estaban. "Dejó de contestarme al teléfono, me retiró de las redes sociales y descubrí que el jueves anterior ya no mandó a los niños al colegio". Después supo que ella había enviado un correo a las profesoras: "Me tuve que marchar por problema familiar. Estamos bien. Ya mantendremos el contacto".

El equipo de menores de la Policía Nacional localizó el hotel donde pernoctaron en Madrid el miércoles por la noche y el avión en el que se marcharon. Ahora confía en que si la juez dicta una orden internacional pueda localizar a los pequeños. "Mis hijos han nacido aquí y aquí están escolarizados, uno en el colegio y otro en la guardería. Temo que su madre, que ha vivido en muchos países, desde su Japón natal a EEUU, Italia y España, pueda llevárselos y acaben desapareciendo", expone.

La pareja se conoció en Tenerife y llevaban diez años juntos, seis en Vigo. "No soy rico, soy un simple carnicero pero quiero a mis hijos. Los niños tienen doble nacionalidad y se los llevó con los pasaportes japoneses", denuncia.