La Corte Constitucional colombiana condenó a una familia a indemnizar a una mujer sometida durante doce años a trabajos forzados, servidumbre doméstica y abusos sexuales, después de haberla apartado de su familia cuando tenía 6 años.

Amalia, nombre supuesto con el que se protegió la identidad de la víctima, denunció haber sido "objeto de explotación, maltrato físico, abuso sexual y tortura" durante doce años por parte de la familia de un capitán de Anzoátegui, en Tolima, que la trasladó hasta Bogotá "en calidad de esclava". Según consta en el auto dictado el 12 de diciembre de 2012 y conocido ayer, Amalia consiguió huir con la ayuda de un chófer, y afirmó que no denunció los hechos hasta ahora por miedo.

La víctima decidió finalmente acudir a la Justicia al tener en cuenta que los demandados tenían una edad avanzada y podrían haber muerto pronto, por lo que su caso podía quedarse en la impunidad y sin castigo.