Una agresión con una botella rota a una joven transexual que se dedica al mundo del espectáculo y las lesiones que supuestamente le provocó a otras dos a puñetazos en una pelea ante un pub de Vigo sentaron ayer en el banquillo a J. C. G. A., un hombre de origen portugués para el que la fiscal pide 4 años de prisión.

El acusado declaró que la trifulca se formó porque una de las mujeres le arrebató una cadena de oro a un amigo con el estaba de copas, asegurando que fueron ellas, con varias personas más, las que fueron a por él tras exigirles el collar. "Mi única desesperación era defenderme; si no lo hacía igual hoy estaría muerto", afirmó. La versión de las víctimas es distinta: sitúan el origen de la trifulca en que ellas les dijeron que debían pagar si querían mantener relaciones sexuales y relatan que las agredió como "un salvaje". La transexual que sufrió el ataque, que ahora vive en Tenerife, presenta como secuelas tres grandes cicatrices en abdomen y muslos: relató por videoconferencia que sigue con sus espectáculos, pero que tuvo que dejar de hacer striptease porque las deformaciones son muy visibles. Reclama una indemnización de 60.000 euros.

Los hechos se remontan ya a hace más de seis años, al 10 de septiembre de 2006. Las versiones de unos y otros son contradictorias, pero en lo que coincidieron fue que se originó en una pelea fuera del local. El imputado dice que solo se defendió: "Eran cinco o seis personas contra mí, varios travestis; es normal que intentara defenderme a patadas y puñetazos".