Devastación en el corazón de Estados Unidos. Un enorme tornado se llevó ayer por delante la vida de, al menos, 24 personas, entre ellas nueve niños, e hirió a centenares de vecinos de varias localidades situadas a pocos kilómetros al sur de Oklahoma City. La fuerza del viento, de 320 kilómetros por hora, dejó a su paso un panorama desolador, con millonarias pérdidas económicas tras destrozar decenas de viviendas, dos escuelas y otros edificios oficiales. El presidente Barack Obama anunció ayer un plan urgente de ayudas para los numerosos ciudadanos que lo han perdido todo.

El tornado, de unos tres kilómetros de diámetro, alcanzó la pequeño localidad afectada a primera hora de la tarde y cogió por sorpresa a los residentes, que apenas tuvieron tiempo para reaccionar. La zona afectada, con numerosas viviendas unifamiliares, quedó completamente arrasada en cuestión de minutos y muchas víctimas quedaron sepultadas bajo los escombros. El operativo de rescate se activó de inmediato, lo que permitió salvar con vida a muchos heridos.

El Centro de Predicción de Tormentas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica dio la voz de alarma una hora antes de que se produjera el tornado. Un aviso al que no tuvieron acceso muchos residentes en la zona, que sufre regularmente fenómenos meteorológicos de este tipo, aunque no de la magnitud del registrado ayer. De hecho, los expertos indicaron que los vendavales de esta virulencia, de categoría EF4 (la segunda máxima), son especialmente inusuales en el estado de Oklahoma.

"No ha quedado prácticamente nada. Tan solo en lugares próximos a Moore es posible ver restos de casas, unas encima de otras, y escombros apilados. Parece como si un equipo de demolición hubiera pasado por encima", indicó Mile Booth, sheriff del condado de Pottawatomie, uno de los más afectados por la fuerza del viento.

Los descomunales destrozos que dejó el tornado a su paso hicieron pensar en un principio en una catástrofe humanitaria de enormes dimensiones. Incluso las autoridades estatales fijaron las víctimas mortales por encima del medio centenar. Finalmente, tras una segunda comprobación, redujeron esta cifra hasta 24, aunque advirtieron de que es muy probable que el número se incremente en las próximas horas por la gran cantidad de desaparecidos.