El hallazgo de una recién nacida viva, abandonada dentro de una caja de cartón, en la entrada cubierta de acceso al portal de un edificio de A Estrada causó a media mañana de ayer consternación y estupefacción en la villa pontevedresa.

Su fuerte y persistente llanto llamó la atención de una pareja cuando hacia las 10.30 horas pasaba por delante del inmueble. Inicialmente, creyeron que el lloro procedía del primer piso del edificio, que se habría dejado el telefonillo descolgado, y siguieron caminando. Pero la persistencia y la cercanía del llanto les llevó a volver sobre sus pasos y a acercarse a la caja, depositada junto a la puerta de entrada del edificio y cuyas solapas bajadas ocultaban a la criatura.

Sandra Ros abrió la caja y, junto con su pareja, Marco Mariño Vieites, descubrió con sorpresa que en su interior había un bebé desnudo, envuelto en una toalla, aún con el cordón umbilical, presionado éste por esparadrapo. Era una niña y estaba llorando con fuerza. Sandra Ros, embarazada de 5 meses, la tomó entre sus brazos y, de inmediato, la pequeña paró de llorar y se chupó la mano. Marco Mariño ya estaba telefoneando al 112, que movilizó a la Policía Local, al 061 y a la Guardia Civil.

Los agentes de la Policía Local llegaron de inmediato. Uno de ellos también tomó en brazos a la pequeña que, muy tranquila, se quedó dormida. Estaba sonrosada, con buen color, y la pediatra que se personó en el punto con la ambulancia del 061 de A Estrada pudo constatar su buen estado de salud. De inmediato, la pequeña fue trasladada al Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

Mientras, en el portal en el que se produjo el hallazgo, una patrulla de la Guardia Civil y el Equipo de la Policía Judicial de la Benemérita de Lalín acordonaban la zona, realizaban una inspección ocular y tomaban muestras, llevándose la caja para analizar, previsiblemente en Lalín, en la Comandancia de Pontevedra o incluso en Madrid. Dado que la caja tenía plásticos, es de esperar que se traten de obtener huellas de los mismos. También podría analizarse el ADN de la sangre para esperar una coincidencia que permita esclarecer quiénes son sus padres y en qué circunstancias se produjo su abandono. A priori podría considerarse un delito de abandono de menor de edad.

Por su parte, la Fundación Amigos de Galicia -nombre con el que estaba rotulada la caja de cartón en la que apareció la pequeña- emitió ayer un comunicado indicando que la entidad ayuda a "familias en situación de recursos económicos de distintos ayuntamientos".