Ruth Ortiz, madre de los dos menores desaparecidos el 8 de octubre de 2011 en Córdoba, se mostró convencida de la muerte de sus hijos durante el juicio que se sigue contra el padre de los niños, José Bretón, del que asegura que con el tiempo tomó conciencia de que era un "asesino en potencia": "Decía que no se iba a ir de este mundo sin matar a alguien, creí que era hablar por hablar, pero iba en serio", señaló a la vez que avanzó que durante su relación matrimonial no discutía con él "para no enfadarlo", y que era "mentiroso y controlador".

Durantes las dos horas que duró su declaración Ortiz desmontó la estrategia de defensa que lo presentaba como un buen padre. Explicó que "el acusado" -como se ha referido a Bretón durante su comparecencia- "no era cariñoso" con ella ni con sus hijos y que cuando decidieron tenerlos le dijo que serían "responsabilidad" de ella, ya que él "no quería saber nada". Recordó que "apartó con desprecio a la niña que se sentó en sus rodillas", y que "pegó una bofetada al niño porque no quería comer la papilla".

Explicó que tomó la decisión de separarse porque su vida era ya "infeliz" y se sentía "anulada y triste", de tal forma que lo que vivía "no se puede calificar como vida". Afirmó que meses antes de la desaparición de los niños, cuando inició los trámites de la separación, tomó conciencia de que Bretón "era una persona peligrosa" y que "tenía miedo" por ella y por sus hijos. Entre lágrimas explicó que dejó que Bretón se llevara a los niños a Córdoba los fines de semana por recomendación de su abogada y por el psicólogo que la trataba, y que el día que desaparecieron los menores no respondió a las llamadas de su exmarido para "no decirle que seguía adelante con la separación".

Asimismo, Ruth Ortiz -que declaró a escasos metros de un Bretón esposado y oculto tras una mampara para que no pudiera verla-, aseguró que era "imposible" que el padre perdiera a los niños en el parque. Ente lágrimas aseguró que cuando su exmarido le anunció la desaparición de los niños "supe que no volvería a verlos".

Cuando su abogada le preguntó si cree que Ruth y José están en una caja de cartón y cerca de los juzgados, Ruth Ortiz ha respondido que no tiene "ninguna duda" de que es así. También afirmó que la familia de Bretón tiene miedo de éste.

Conmovedor fue el testimonio de Obdulia Ramos, la madre de Ruth Ortiz. Aseguró que la relación de su hija con Bretón se convirtió en "insoportable" y que ella se estaba "deteriorando mucho" hasta "parecer una zombi". Describió a Bretón como una persona "fría" con su hijos y entre lágrimas recordó que el día que ella le entregó a los niños en Huelva antes de la desaparición le murmuró que era "la última vez que vería a los niños".

Por su parte, el hermano de Ruth Ortiz, Estanislao, relató que Bretón era muy "estricto y seco" con sus hijos y que nunca tenía la sensación de que "se le cayera la baba con ellos". Aseguró que Bretón le advirtió que tras la separación podía pasar "algo gordo". La abogada de la acusación particular insistió en que José Bretón quería acabar también con la vida de Ruth Ortiz en la misma higuera, pero no logró hablar con ella. Varios amigos de Bretón le definieron como machista y estricto con sus hijos.