Prisión provisional sin fianza para evitar la manipulación o destrucción de pruebas. Los dos agentes de la Guardia Civil acusados de vender a los narcos información sobre las operaciones e investigaciones que tenía en marcha el grupo de élite de lucha contra el crimen organizado ECO Galicia, con base en la Comandancia de Pontevedra, se encuentran ya en la cárcel. Mientras, la investigación se centra ahora en seguir el rastro de los bienes y el dinero del que disponían y que les permitían llevar una vida de viajes y lujos -incluido algún traslado a Suiza- y también en localizar a los posibles narcos que se habrían beneficiado de la información, pues se sospecha que la vendían al mejor postor. La operación sigue "abierta y no se descartan nuevas detenciones", según fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pontevedra Xermán Varela decretó el ingreso en prisión provisional el miércoles para el agente adscrito al ECO, J.L., y el mismo camino siguió al día siguiente Diego F., destinado en la unidad de Delitos Urbanísticos hasta que hace unos meses solicitó una excedencia. La misma medida adoptó ayer el magistrado para uno de los cuatro vecinos de O Salnés que habían sido detenidos en la misma trama. Los otros tres no llegaron a declarar en el juzgado y quedaron en libertad en sede policial.

La condición de agentes de la Guardia Civil de los dos supuestos topos del equipo de lucha contra el crimen organizado impidió su ingreso en el penal pontevedrés de A Lama, que carece de instalaciones específicas para los miembros de las fuerzas de seguridad que ocupan instalaciones distintas a las de los presos comunes. A ambos se les imputa un presunto delito de infidelidad en la custodia de documentos y a los civiles una posible revelación de secretos.

La operación contra la corrupción en relación con posibles filtraciones de los equipos de investigación de la Guardia Civil, dirigida por el juez Varela y el fiscal Antidroga de Pontevedra, Luis Uriarte, fue desarrollada por más de una treintena de agentes de la Comandancia de Pontevedra, de la Unidad Central Operativa y especialistas telemáticos que se desplazaron desde Madrid. Pese al mutismo que rodea la investigación ha trascendido la gran preocupación que existe ante la ingente información acumulada por los agentes.