Una mujer, de 69 años, fue hallada muerta ayer en Villafranca de los Barros (Badajoz), después de que su marido, sobre el que pesaba una orden de alejamiento, se entregara a la Guardia Civil y confesara el crimen. El delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, confirmó que se trata de un nuevo caso de violencia machista.

El presunto autor del homicidio había quebrantado ya una vez la orden de alejamiento de la víctima diez días después de su inicio.

Entonces fue detenido y puesto a disposición del juez, que de nuevo lo puso en libertad con la misma orden de alejamiento de 200 metros de la casa de la víctima. Ayer la volvió a quebrantar por segunda vez para acabar con la vida de su mujer.

El trágico suceso sucedía en torno al mediodía cuando Manuel Gómez Delgado, de 78 años, se dirigió al domicilio de su mujer, Catalina Tolosa, de 69, que se encontraba en esos momentos sola, y le propinó varios golpes con un martillo.

Hacía solo media hora que el hijo de ambos había abandonado la casa familiar, en cuya puerta había estado limpiando el coche.

La muerte fue provocada "por golpes con un martillo", confirmó el delegado antes de que se hubiera decretado el secreto de sumario.

López Iglesias aseguró que el presunto autor se encuentra detenido en el cuartel de la localidad, a la espera de que pase a disposición judicial, seguramente hoy.

Mientras, los restos mortales de la esposa -aún estaban casados a pesar de que ya habían iniciado los trámites de separación- fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Badajoz, donde hoy se le practicará la autopsia. El delegado del Gobierno en Extremadura no se explica "ni cómo, ni por qué" este hombre quebrantó por segunda vez la orden de alejamiento de la mujer.

Esta orden había sido dictada tras una denuncia por violencia de género de la mujer el pasado 3 de julio. López Iglesias confirmó que antes de ese día no se había producido ninguna otra denuncia por violencia machista de la fallecida, aunque reconoció que pudo haber "disensiones, discusiones", pero que nunca terminaron en denuncia.

La víctima, señala la Junta de Extremadura en una nota de prensa, era madre de cuatro hijos, dos hombres y dos mujeres, y se trataba de "una persona muy conocida y querida por los vecinos del municipio".