Los investigadores, centrados en clarificar el papel que habrían tenido en su muerte los presuntos homicidas, no abandonan la hipótesis de un móvil económico o que la pequeña conociera un secreto sobre la herencia de los abuelos maternos. Un testamento de 1975, del que se ignora si fue modificado después, convierte en única heredera a Rosario, si bien los inmuebles siguen a nombre de sus padres.